Aida Ramírez / Ovaciones

Foto: Omar Martínez/ Cuartoscuro.com

El escenario para el presente año es complejo, en especial por la actividad electoral que habrá durante la primera mitad del año, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), por lo que no descartó que este año haya una mayor cautela de la actividad productiva, que podría reflejarse en un avance más modesto de la economía en 2024, que se extenderá al 2025, primer año del siguiente gobierno y un año de aprendizaje.

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Indicó que en el último trimestre de 2022 la economía creció 2.4%, su menor avance en los últimos ocho trimestres, y que la falta de estímulos ha limitado un mayor crecimiento hacia adelante.

Asimismo, sostuvo que, pese al dinamismo reciente de la inversión, “no se aprecia una incidencia importante en el crecimiento de la economía. El mercado laboral formal tampoco muestra indicios de una mejora sustantiva. La creación de empleo formal no refleja el ritmo de crecimiento de la economía. Mientras que el consumo, que ha sido un importante actor de la recuperación, también muestra señales de debilitamiento”.

En su análisis semanal, el organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), afirmó que la falta de estímulos, un entorno dominado por la ausencia de un estado de derecho sólido, violencia creciente con una impunidad casi total, en conjunto con un entorno de elevada corrupción son elementos que han limitado un mayor crecimiento.

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Y aunque la estimación oportuna del INEGI señala que la economía creció 3.2% el año pasado, su debilitamiento hacia el final del año, que la llevó a crecer 2.4% en el último trimestre, acerca su ritmo de avance al promedio anual histórico: en el periodo 1981-2023 la economía creció a un ritmo anual de 2.2%, mientras que en el lapso 1993-2023 lo hizo en 2.1 por ciento.

Lo anterior se suma a que 15 trimestres después de la pandemia, el PIB se mantiene por debajo de su tendencia de largo plazo; la inversión tardó en recuperarse, a pesar de la “sorpresiva recuperación” con tasas de crecimiento de dos dígitos a partir de diciembre de 2022, que en principio se consideró como resultado de la inversión pública asociada a los proyectos insignia del gobierno; y la inversión privada muestra un comportamiento similar, aunque no hay indicios claros de su origen”.

Pese a este dinamismo de la inversión, así como el incremento de las remesas, de los empleos y el consumo interno, el CEESP señala que no se aprecia una incidencia importante en el crecimiento de la economía, por lo que no destaca presiones hacia el inicio del próximo sexenio.