La Arquidiócesis Primada de México se sumó al llamado de la Conferencia del Episcopado Mexicano, en su mensaje con motivo de la Semana por la Vida 2025, para hacer frente común a favor de la cultura de la muerte y del descarte, promoviendo la cultura de la vida y subrayó que una de las premisas será defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

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En su editorial del semanario Desde la Fe, dijo que se trata de formar la conciencia iluminada por la verdad; promover la familia y la educación en valores; combatir la violencia con la paz del Evangelio; acompañar a las víctimas de la violencia y fortalecer la evangelización y el compromiso social.

Agregó que se celebra el primer aniversario de la Comisión para la Mujer, que forma parte de la Vicaría de Laicos en el Mundo de la Arquidiócesis de México y que actualmente cuenta con cinco campos de acción: madres solteras, madres buscadoras, madres migrantes, mujeres que sufren violencia intrafamiliar y mujeres de pueblos originarios.

“La vida es un don sagrado con un valor inestimable que debemos proteger, defender y promover en todo momento para seguir proclamando la dignidad de la persona humana, en especial la de los más vulnerables”, precisó.

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Añadió que el papel que tienen los cristianos es impulsar y defender siempre la vida humana, sin importar la condición de la persona, porque la vida se manifiesta en todos los seres humanos que nos rodean: en un bebé recién concebido, en una persona marginada, en un enfermo que se encuentra solo y desamparado o en aquel que se encuentra deprimido y piensa que el suicidio es la única salida.

Agregó que, como Iglesia, asume este llamado y esta enseñanza porque estamos convencidos de que la vida debe ser defendida en cualquier etapa de su desarrollo, sea en el vientre materno, en la silla de ruedas o incluso cuando nos encontramos postrados a consecuencia de una enfermedad.

“Por ello, nuestra postura seguirá siendo la de dar un sí rotundo a la defensa de la vida: sí a la vida del no nacido, sí a la vida en los lugares donde priva la violencia y la ley de las armas, sí a la vida en los hogares con violencia intrafamiliar o maltrato, sí a la vida en los círculos donde el egoísmo y el individualismo han hecho olvidar el respeto a la dignidad del otro”, concluyó.