¡Histórico! La dinastía de Chiefs y Mahomes destruye a los Niners para ganar el Super Bowl LVII

MARTÍN AVILÉS Foto: X@Chiefs Cuando el dios del tiempo marcaba la hora del juicio final para los Kansas City Chiefs, Patrick Mahomes tocó su arpa como Orfeo para apaciguar la fiereza de los San Francisco 49ers y demostrar una vez más que puede comer en la misma mesa que Tom Brady, el más poderoso de

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MARTÍN AVILÉS

Foto: X@Chiefs

Cuando el dios del tiempo marcaba la hora del juicio final para los Kansas City Chiefs, Patrick Mahomes tocó su arpa como Orfeo para apaciguar la fiereza de los San Francisco 49ers y demostrar una vez más que puede comer en la misma mesa que Tom Brady, el más poderoso de los dioses. El mariscal de campo de 28 años se convirtió en el primer quarterback en ganar tres anillos antes de cumplir tres décadas de vida y llevó a las vitrinas del equipo de la AFC Oeste el cuarto Vince Lombardi de su historia en el Super Bowl LVIII, segundo en la historia que se define en tiempos extras.

 

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Los Niners cayeron por tercera vez consecutiva en el Súper Domingo en un lapso de 12 años, mientras que los Chiefs conquistaron su tercer título de la NFL en un lapso de cinco años luego de ganar por marcador de 25-22 ante el equipo de Kyle Shanahan, quien perdió su tercera Final como entrenador a pesar de tener al equipo con mayor talento de toda la liga, lo que ahora pone en tela de juicio si realmente es capaz de liderar a una franquicia al éxito.

Ante 61 mil 629 personas en el Allegiant Stadium de Las Vegas, se rompió una racha de 20 años sin que un equipo consiguiera un bicampeonato en el Gran Juego. Lo lograron gracias al invencible Mahomes, quien acertó 34 de sus 46 envíos para 333 yardas con dos touchdowns y una intercepción, además de otras 66 yardas terrestres que fueron clave.

Con su cuarto título, Kansas City se trepó ya al quinto lugar entre las franquicias más ganadoras de la liga, solo detrás de New England Patriots y Pittsburgh Steelers con seis, así como de los propios Niners y Dallas Cowboys con cinco trofeos. A su vez, Pat se unió a Troy Aikman, Steve Young y Earl Morrall con tres anillos, solo detrás de los siete de Brady y los cuatro de Joe Montana y Terry Bradshaw, respectivamente.

Cuando salieron los Chiefs, el Allegiant se convirtió en un concierto de abucheos. Será por que era la casa de su rival divisional, los Raiders, o porque sus constantes éxitos y fama causan reflujo estomacal entre la afición harta de las hegemonías. Lo cierto es que aunque vestían de blanco, los Niners parecían más locales que su rival, según los decibeles registrados desde el graderío.

El volado favoreció a Kansas City, que pidió recibir el ovoide para la segunda mitad; primer triunfo moral de los de Andy Reid. Los de Kyle Shanahan recibieron la primera ofensiva del Súper Domingo con la estadística a su favor de haber registrado touchdown en su primer drive durante 10 juegos consecutivos en temporada regular, marca que ningún equipo había alcanzado en más de cuatro década. Pero la postemporada se cuece aparte y el Super Bowl es donde se demuestra esa mentalidad que diferencia a los héroes del resto.

Y así llegó el primer gran error del juego con un inesperado fumble de McCaffrey luego de un oportuno golpe de Chenal, quien le zafó el ovoide, mismo que recuperó Karlaftis para dar el primer gran golpe del juego.

A partir de ahí comenzó el show de las defensivas, que mantuvieron el cero en la pizarra durante más de un cuarto de juego, hasta que tras un productivo drive de 41 yardas de los Niners, Jake Moody conectó un prolongado gol de campo. El acierto del joven pateador de los 49ers fue histórico, pues gracias a las 55 yardas de longitud de su intento, logró convertir el gol de campo más largo de todos los tiempos en el Super Bowl.

 

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Los del Oeste de la AFC lucían impotentes ante su imposibilidad de poder hacer daño. Chase Young capturó a Mahomes, jugadas más tarde, Kelce reclamó airadamente —e incluso con un empujón incluido— a Reid tras el fumble de Lenoir cuando KC estaba a ocho yardas de anotar, como si fuera el aviso de la caída del imperio.

Jauan Jennings recibió de Mahomes un pase lateral que parecía sería una pérdida de yardaje, hasta que el receptor improvisó con un pase corto a la derecha para ‘CMC’ quien escapó 21 yardas para anotar el primer touchdown del partido. Así, Jennings se convirtió en el segundo receptor abierto en lanzar un pase de touchdown en el Gran Juego, al unirse a Antwaan Randle con Pittsburgh Steelers en la edición XL.

Los Chiefs pudieron romper el cero antes de irse al descanso gracias a una patada certera de Butker y, con ello, alzaron un poco la cara tras verse ampliamente dominados. Pero en vez de que el descanso trajera frescura y renovara los ánimos de Kansas City, pareció lo contrario, cuando Mahomes fue interceptado por Ji’Ayir Brown en la yarda 44 en su intento por conectar con Valdes-Scantling.

La defensiva de los Niners jugaba por nota y la frustración del dos veces MVP era evidente, al no sentir la protección necesaria para realizar sus envíos y cuando la llegaba tener, no había un solo receptor descubierto. Fue entonces que Reid envió al campo al infalible Butker, quien acertó una poderosa patada de 57 yardas para recortar a cuatro puntos la desventaja y de paso, romper en el mismo juego el récord recién establecido por Moody en menos de dos horas.

Kansas City volvió a verse limitado por la poderosa defensiva de Bosa y compañía, pero de pronto, cuando parecía que Mahomes sufría el mismo destino que contra Tampa Bay Buccaneers en el Super Bowl LV, se abrió una ligera rendija de esperanza cuando en una jugada de rutina en un despeje, Ray-Ray McCloud falló en el regreso de despeje cuando intentó recoger una pelota que golpeó al novato Darrell Luter pero fue recuperada por Watson en la 16 de San Francisco.

El regalo fue capitalizado de inmediato por Mahomes, quien envió un pase de 16 yardas para. Valdes-Scantling quien anotó el primer touchdown para Kansas ya en el ocaso del tercer cuarto. Habían sido 13 puntos sin respuesta de los Chiefs y todo indicaba que la remontada era inminente.

El egresado de Texas Tech lanzó su pase de anotación número 18 de la temporada a un receptor abierto en la zona roja, una cifra que supera por ocho a cualquier otro quarterback. La probabilidad de ganar de los Chiefs aumentó del 27% al 48% y al 55% en la secuencia de dos jugadas hasta ese momento.

Pero solo un drive después con una jugada de cuarta y tres por avanzar que Shanahan se jugó y ganó gracias al desaparecido Kittle, los Niners retomaron la ventaja con un pase de 10 yardas de Purdy —su primero como profesional en un Super Bowl— para Jennings, quien se convertía sigilosamente en el inesperado y gran protagonista de la noche; aunque Moody falló el extra y la pizarra se puso 16-13 con solo tres de ventaja para los de la Bahía.

Jennings tenía solo un 4.0% de posibilidades de anotar un touchdown cuando atrapó el balón contra L’Jarius Sneed en cobertura. Fue apenas el segundo touchdown permitido por Sneed esta temporada y ambos llegaron en los Playoffs, para su mala suerte. Aún así loos Chiefs continuaron con problemas para poder penetrar al muro defensivo impuesto por los Niners y tuvieron que conformarse con tes puntos cortesía de Butker para igualar los cartones con el reloj ya en agonía.

Fue entonces que Purdy volvió a tener la posesión e hizo lo suficiente al menos para dejar en posición de campo propicia para las patadas de Moody, quien no titubeó a la hora de la verdad y metió el ovoide entre los dos postes en un intento de 53 yardas para otra vez poner al frente a 49ers con menos de dos minutos en el cronómetro.

Era de nuevo Mahomes en un intento por remontar, el hombre clutch de la NFL en su hábitat y Las Vegas como escenario para un desenlace digno de la película más taquillera de Hollywood. Pat arrastró las cadenas por 64 yardas en una serie en la que su último pase en las diagonales no llegó a las manos de Kelce, y con solo seis segundos, entró Butker para acertar un intento de 29 yardas y poner el 19-19 que mandó el juego a tiempos extra.

 

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El réferi mandó llamar a los capitanes y San Francisco eligió en el volado. Fred Warner eligió tails y atinó, la suerte en ese momento estaba del lado californiano en el segundo partido que se va a tiempos extra en la historia del Gran Juego, solo detrás de aquella edición LI cuando New England Patriots vinieron de atrás de un 3-28 adverso ante Atlanta Falcons para llevarse una épica victoria, justo con Shanahan en la banda perdedora.

Los Niners orquestaron una serie poderosa que incluyó un pase 26 yardas de Purdy para ‘CMC’ para acercarse a la zona roja, mientras el doble MVP miraba en silencio sentado en la banca. Fue un total de 76 yardas que no pudieron canjear por siete puntos tras un pase en tercera y cuarto de Purdy apurado por los blitz del rival, por lo que Moody tuvo que ingresar para al menos poner tres puntos a la causa californiana, que sacaba a su ofensiva del campo con un sabor agridulce tras un drive poco más que prometedor.

Llegó el turno para la ofensiva liderada por la gran estrella de la liga, que pronto se puso contra las cuerdas cuando Pacheco no alcanzó la marca del primero y 10 en una tercera oportunidad. Chiefs debía jugársela simplemente porque estaba abajo en el marcador en overtime y fue Mahomes, el héroe de siempre, quien consiguió otras cuatro oportunidades con una escapada por derecha al no encontrar receptores abiertos. Y otro acarreo de 19 yardas de Mahomes dejaba a Chiefs a las puertas de la gloria.

Y ahí, a solo tres yardas del touchdown que representaba el cuarto Vince Lombardi en la historia de Kansas City, Mahomes encontró a Hardman para sentenciar el partido y demostrar por qué es el mejor jugador de la época y sigilosamente se acerca a la mesa donde solo come Tom Brady. Los Chiefs consiguieron romper la maldición que gobernaba la NFL sin equipos campeones en temporadas consecutivas, pero esta dinastía, lo puede todo.