Los cometas: ¿Mensajeros de catástrofes y mal augurio?

Los cometas, vistos como presagios de desgracias desde la antigüedad, han coincidido con eventos históricos catastróficos, alimentando mitos y supersticiones



Desde tiempos inmemoriales, la aparición de cometas en el cielo nocturno ha sido motivo de asombro, temor y especulación. Estas “estrellas con cola” han sido asociadas frecuentemente con desastres, guerras y la caída de imperios. Pero, ¿por qué se les atribuye esta siniestra reputación?

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Orígenes de la superstición

La creencia de que los cometas son portadores de malas noticias tiene sus raíces en la antigüedad. Civilizaciones como la babilónica, la china y la griega interpretaban estos fenómenos celestes como señales divinas o presagios de cambios dramáticos en el orden mundial.

En la Edad Media, esta superstición se intensificó. El aspecto inusual de los cometas, con sus brillantes colas atravesando el cielo, contribuyó a su percepción como eventos sobrenaturales y potencialmente malignos.

Coincidencias históricas

A lo largo de la historia, la aparición de cometas ha coincidido con eventos catastróficos, reforzando la creencia en su naturaleza ominosa:

  1. El cometa Halley y la conquista de Inglaterra, visible en 1066, fue interpretado por los sajones como un mal presagio. Ese mismo año, Guillermo el Conquistador invadió Inglaterra, cambiando el curso de la historia británica.
  2. El Gran Cometa de 1680 y la peste La aparición del Gran Cometa de 1680 coincidió con brotes de peste en Europa, alimentando el miedo y la superstición.
  3. El cometa Biela y los incendios de Chicago La desintegración del cometa Biela en 1872 fue seguida por los grandes incendios de Chicago y Boston, llevando a especulaciones sobre una conexión cósmica.

Perspectiva científica

Los astrónomos modernos entienden que los cometas son simplemente cuerpos celestes compuestos de hielo, polvo y rocas que orbitan alrededor del Sol. Su aparición es predecible y no tiene relación causal con eventos terrestres.

Sin embargo, la fascinación cultural por estos “mensajeros del cielo” persiste, alimentada por siglos de mitología y coincidencias históricas.

Aunque la ciencia ha desmitificado la naturaleza de los cometas, su impacto en la imaginación humana sigue siendo profundo. La asociación entre cometas y catástrofes es un recordatorio de cómo los fenómenos naturales pueden moldear nuestras creencias y narrativas culturales.