En una manifestación simbólica y poderosa, trabajadores del Poder Judicial de la Federación (PJF) realizaron una marcha fúnebre por las calles de la ciudad de Tampico, Tamaulipas, protestando contra la reciente reforma judicial. Los manifestantes, vestidos de negro y cargando féretros sobre sus hombros, expresaron su rechazo a los cambios aprobados por la comisión de puntos constitucionales.

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José Eduardo Segura Gómez, secretario del Tribunal Colegiado, declaró durante la protesta: “No fue una reforma, es una venganza política, asesinaron a la justicia”. Esta afirmación refleja el sentimiento de indignación y preocupación entre los trabajadores del PJF respecto a las implicaciones de la reforma.

La marcha, que se desarrolló en silencio, recorrió la avenida Hidalgo hasta llegar a la Plaza de Armas. El ataúd principal, llevado al frente del contingente, estaba adornado con seis velas y palabras clave como “Justicia”, “Libertad”, “Democracia” e “Imparcialidad”, simbolizando los valores que los manifestantes consideran amenazados por la reforma.

Aproximadamente a las 21:00 horas, los trabajadores llegaron a la Plaza de Armas, donde leyeron un posicionamiento oficial en contra de la reforma judicial. Este acto final de la protesta sirvió para articular de manera más detallada las preocupaciones y objeciones del PJF hacia los cambios propuestos.

Esta manifestación destaca la profunda preocupación dentro del Poder Judicial sobre el impacto de la reforma en la administración de justicia en México. La elección de una marcha fúnebre como forma de protesta subraya la gravedad con la que los trabajadores del PJF perciben la situación, considerando que los cambios propuestos podrían “matar” principios fundamentales del sistema judicial.