En lo que va del año, y a reserva del rumbo que tome la prohibición velada que encabeza el gobierno de la Ciudad de México, con Clara Brugada al frente, hasta marzo se han lidiado 55 toros. Sin embargo, en ese mismo periodo, el número de asesinatos en la capital azteca supera por mucho las muertes de toros de lidia a estoque.
Según datos preliminares, entre el 1 y el 24 de marzo de 2025 se registraron 126 víctimas de homicidio doloso en la Ciudad de México, lo que representa aproximadamente el 7.8% del total nacional de esos delitos.
Aunque no se especifican las cifras exactas para enero y febrero en las fuentes consultadas, se reportó que el promedio diario de homicidios en la capital durante esos meses fue de dos casos. Esto sugiere que, durante enero y febrero, hubo aproximadamente 120 homicidios (considerando 60 días en total). Sumando las cifras disponibles, se estima que entre enero y marzo de 2025 ocurrieron alrededor de 246 homicidios en la Ciudad de México.
A pesar de estas cifras, y aunque el gobierno insiste en que este tipo de delitos van a la baja, la realidad que viven los ciudadanos es otra. Por ello, es lamentable que nuestra clase política enfoque sus esfuerzos en querer acabar con una tradición de más de quinientos años.
Es evidente que, en año y medio de gestión al frente de la capital mexicana, Clara Brugada no ha estado a la altura de las circunstancias y busca urgentemente un escaparate que le permita distraer, aunque sea por un instante, la atención popular.
El total desconocimiento en materia taurina, así como los burdos intereses de un grupúsculo de políticos de media monta, están a punto de prohibir una manifestación cultural arraigada incluso en nuestra manera de hablar (‘abrirse de capa’ o ‘tomar al toro por los cuernos’).
Si esta inercia prohibicionista se mantiene, sucederá algo similar a lo que aconteció con los grandes felinos de circo, que terminaron en el matadero.
Si la clase política quisiera demostrar madurez, podría tomar como ejemplo lo que ocurre en Francia, uno de los países del primer mundo donde la tauromaquia está permitida.
Las corridas de toros en Francia, país pionero en la exportación de las primeras constituciones occidentales, están prohibidas por su Ley de Bienestar Animal y tipificadas en el Código Penal. Sin embargo, en ese país es claro que los ciudadanos tienen derecho a mantener su cultura y tradiciones con una argumentación sólida: ‘Si acaso los animales tienen derechos, estos jamás pueden ser superiores en jerarquía a los derechos indudables e inviolables del ciudadano francés’.
Con la Ciudad de México dividida por cárteles, las principales avenidas llenas de manifestantes, las zonas turísticas convertidas en romerías callejeras y un Sistema de Transporte Colectivo Metro en pésimas condiciones, el gobierno de Clara Brugada se empeña en querer una ‘fiesta brava sin violencia’, cuando su verdadera obligación sería brindarnos a todos los capitalinos ‘una ciudad sin violencia’.
Por alguna extraña razón, desde hace algún tiempo, las autoridades parecen estar del lado de quienes infringen las leyes. Y no solo en la Ciudad de México, sino en todo el país. No en vano, los Estados Unidos tienen en la mira a este gobierno, que busca la salida fácil de generar distractores mediáticos. Si logran su objetivo y cristalizan esta prohibición velada, volverán a resurgir temas como los matrimonios entre personas del mismo sexo o el aborto, porque al gobierno le urgen distractores.
Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿Será que ahora sí se fusionen estadio y plaza para dar paso a un macrocentro comercial con todo y hotel?