México, débil para negociar con EU, advierten especialistas de la UNAM

Señalan que la falta de una industria fuerte nos deja en condiciones difíciles ante la entrada en vigor de aranceles



Foto: Cortesía UNAM

México tiene un estado de debilidad para negociar con Estados Unidos, por lo que tiene un margen de maniobra muy estrecho y no podemos contestar con aranceles a los impuestos por EU, porque 80 por ciento de las exportaciones tienen como destino la Unión Americana, ya que en su mayoría no son nuestras, sino de empresas transnacionales, advirtió, Héctor Arturo Oropeza García, investigador de la UNAM.

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Explicó que está claro que la integración de América del Norte no es una prioridad para el gobierno de Donald Trump y el desorden global que está generando con su guerra comercial abona a la configuración de un nuevo orden.

“Los imperios, que creímos que se habían ido, no lo hicieron: se sofisticaron. México, América Latina y el resto del mundo deben aceptar el regreso del imperialismo de EUA, así como la inauguración de una nueva era de guerras que están aquí: territoriales, manufactureras, digitales y culturales”, apuntó.

Asimismo, apuntó que México ha quedado como maquilador y ensamblador, pues renunció a la posibilidad de generar un desarrollo más elevado como lo hizo Asia del este y China, en especial.

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Precisó que, a partir de 1994, cuando entró en vigor el entonces Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la industria nacional ha desaparecido, pues cometimos el gran error de creer que con la maquila podíamos salir adelante. “Nos convertimos en herederos de un apotegma: que la mejor política industrial es la que no existe, lo creímos, y el país actuó en consecuencia.

Ahora hay una propuesta del Plan México que intenta cambiar el error que significó olvidar a la industria. Estamos frente a un gran momento de oportunidad, pero el primer reto es romper los mitos en los que hemos vivido”, advirtió.

A su vez, el doctor Diego Valadés acotó que es claro que hacemos frente a un fenómeno sin precedentes, por las maneras tan peculiares en que se dan las negociaciones y las condiciones que tienden a ser impuestas, con frecuencia en términos categóricos y unilaterales, dictadas por quienes tienen el poder económico sobresaliente.

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Pero advirtió que el planeta no solo se rige por el poder económico, pues lo que caracteriza la estructura y la organización de las sociedades contemporáneas de los estados constitucionales, es el predominio de lo razonable.

Carlos Humberto Reyes Díaz, académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas, subrayó que América del Norte enfrenta el dilema de estar entre la intrascendencia y la obsolescencia de una región que comenzó en 1994 con relativo dinamismo, pero que nunca se consolidó.

Añadió que ahora, en lugar de hablar de negociación, integración regional y derecho internacional, se hace de proteccionismo, soberanía nacional, y se privilegia la no intervención como factor divisivo antes que aglutinador.

“Este no es un lenguaje que busca concordia, sino que plantea un escenario tremendamente conflictivo para la próxima renegociación del T-MEC”, sentenció.