‘Monstra Cabaret’, un espectáculo que visibiliza las opresiones LGTBI en Ecuador

Monstra Cabaret. La lujuria del averno” es un espectáculo de PachaQueer que visibiliza opresiones LGTBI en Ecuador, subvierte discursos de odio y reivindica el placer como emancipación



EFE

Visibilizar las opresiones históricas contra las personas LGTBI en Ecuador y apoderarse de los discursos de odio para subvertirlos es el objetivo de ‘Monstra Cabaret. La lujuria del averno’, un espectáculo creado y dirigido por el colectivo artístico ecuatoriano PachaQueer.

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“A través de la ‘performance’ se busca visibilizar todas esas opresiones socioculturales que vivimos las disidencias, que no somos reconocidas dentro de este engranaje estructural de opresión que es la cisheteronormatividad y también del arte convencional”, señaló La Coca, una de las fundadoras de PachaQueer, en una entrevista con EFE en Quito.

Esta propuesta experimental, que sube a escena este 6 de julio en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, de la capital del país, cuenta con un elenco de diez artistas transdisciplinares que, por medio del baile, el canto y el videoarte, desdibujan los códigos binarios e incitan a la emancipación de los pensamientos.

Bajo esta premisa, PachaQueer se apodera, ya desde el título de la obra, de términos como “monstrua” o “averno” (infierno) con el objetivo de hacer de las palabras ofensivas toda una reivindicación.

“El autodenominarnos monstruas es porque las terroristas (del género) queremos desmontar esta sociedad patriarcal que oprime a las identidades que están fuera de los límites que nos impone la sociedad en cuanto a la conducta moral o sexual”, explicó La Mota, la otra impulsora de este colectivo artístico.

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“La palabra infierno es para decir que, si la sociedad nos ha matado a través de la falta de reconocimiento, vamos a demostrarles que en el infierno también estamos celebrando, también nos estamos sosteniendo en comunidad”, matizó La Coca.

Placer como forma de emancipación

Esta creación artística se gestó en 2017 en la ciudad de Sao Paulo, en Brasil. Desde entonces, además de haberse presentado en una única ocasión en Ecuador, también ha recorrido otros países de Latinoamérica y de Europa.

Pero en esta segunda escenificación en el país andino, PachaQueer apuesta por una nueva versión en la que se ahonda en el ‘posporno’.

Este concepto alude a “una reivindicación frente a la pornografía comercial, donde a través del consumo de los cuerpos hegemónicos se pone a los cuerpos feminizados y a la mujer en un plano de consumo”, denunció La Coca.

El ‘posporno’ reclama, por tanto, una escenificación sexual que no cosifique los cuerpos de las mujeres y que reconozca también “las cuerpas gordas” y “con diversidad funcional”, agregó La Coca, quien apostilló que es necesario “reclamar el placer como una forma de emancipación”.

Con ello, buscan incomodar al público y que éste “rompa su cárcel mental” para “abrir horizontes”, reconoció.

En este sentido, La Mota apuntó que a diferencia del porno comercial, el ‘posporno’ transgrede los “códigos estructurales donde cada una tiene un supuesto rol a cumplir” para jugar con otros lenguajes y narrativas liberadoras.

Penalización social a LGTBI

Las fundadoras de PachaQueer advirtieron de la urgencia de evidenciar que no hay “una sola forma de expresarse” o de “relacionarse” ante el “fundamentalismo” y el “conservadurismo” en Latinoamérica.

“Mientras en América Latina no haya un cupo laboral trans, el trabajo sexual no sea legítimo, no haya educación libre de discriminación, salud integral para personas trans y diversidades, no creo que haya avance”, aseveró La Coca.

Es por ello que aseguró que “sigue habiendo una penalización social” y “dobles discursos” que enmascaran las discriminaciones.

No obstante, ambas creadoras de este colectivo artístico, defendieron el arte como un “ritual de sanación” y una herramienta de cambio.

Discutir sobre diversidades

En esta visión coincidió el presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Fernando Cerón, quien subrayó la importancia de que los espacios públicos, como el que dirige, “permitan discutir sobre las diversidades sexo-genéricas”.

“Todavía existe una demanda muy fuerte desde la población LGTBI de poder construir políticas públicas de trabajo y salud adecuadas”, anotó Cerón, quien precisó que, en Ecuador, aún “existen muchos actos de violencia que han llegado incluso al asesinato”.

Sin embargo, se mostró esperanzado de que “estos momentos de ruptura en las artes” generen “un efecto de premonición sobre los cambios sociales”.