El mundo del béisbol está de luto tras el fallecimiento del inconmensurable Tommy Vann Helms, exjugador y mánager de los Rojos de Cincinnati, quien murió a los 83 años, según informó el Salón de la Fama de los ‘Reds’.
El Salón de la Fama de los Reds, que lo indujo en 1979, expresó su tristeza: “Estamos desolados por la pérdida de Tommy Helms. Nuestros pensamientos están con su familia y amigos”.
Figuras como Johnny Bench, excompañero, lo recordaron con cariño: “Un gran segunda base y una gran persona. Tommy me ayudó mucho como novato. ¡Siempre agradecido!”.
Aunque no se ha revelado la causa del deceso, su partida deja un vacío en la comunidad beisbolera, que lo recuerda como un segunda base excepcional y un líder respetado.
Nacido el 5 de mayo de 1941 en Charlotte, Carolina del Norte. Helms tuvo una carrera de 14 temporadas en las Grandes Ligas (1964-1977), jugando principalmente para los Rojos de Cincinnati (1964-1971), además de los Astros de Houston (1972-1975), Piratas de Pittsburgh (1976-1977) y Medias Rojas de Boston (1977).
Su impacto fue inmediato al ganar el premio al Novato del Año de la Liga Nacional en 1966, tras batear .284 con 9 jonrones y 72 carreras anotadas.
Fue seleccionado al Juego de Estrellas en 1967 y 1968, y se destacó por su brillante defensa; ganó dos Guantes de Oro en 1970 y 1971, y formó una de las mejores combinaciones de doble play junto al campocorto Dave Concepción.
A lo largo de su carrera, Helms disputó mil 435 juegos, con un promedio de bateo de .269, 34 jonrones, 477 carreras impulsadas y un impresionante porcentaje de fildeo de .980.
Aunque su única aparición en postemporada fue en 1970, cuando los Rojos llegaron a la Serie Mundial, su legado trasciende las estadísticas.
Fue parte de un famoso intercambio en 1971 que llevó a Joe Morgan, César Gerónimo y Jack Billingham a Cincinnati, piezas clave de la “Big Red Machine” que dominó los años 70.
Tras su retiro como jugador, Helms regresó a los Rojos como coach y asumió el rol de mánager interino en dos ocasiones (1988 y 1989), reemplazando a Pete Rose durante suspensiones.
Dirigió 64 juegos con un récord de 28-36, aunque expresó su frustración por no haber sido considerado para el puesto permanente. También manejó en ligas menores y en la Atlantic League, mostrando su pasión por el juego hasta sus últimos años.
Helms, conocido por su contacto en el plato (solo 301 ponches en casi cinco mil turnos) y su carisma, deja un legado de excelencia defensiva, liderazgo y amor por el béisbol. Fue precedido en la muerte por sus hijos, Tommy Jr. y Ryan, ambos exjugadores de ligas menores. Su sobrino, Wes Helms, también jugó en las Mayores. Tommy Helms, un verdadero hombre de béisbol.