Necesario atender salud mental tras sismos, pero la tremofobia no existe: UNAM

PATRICIA RAMIREZ Foto: Cuartoscuro Aunque es necesario atender la salud mental de los ciudadanos ante los sismos registrados en los últimos años, que generan cuadros de ansiedad, depresión y miedo, es necesario continuar con los simulacros, porque son fundamentales para preparar a la población ante un nuevo terremoto, aseguraron especialistas de la UNAM. Sin embargo,

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PATRICIA RAMIREZ

Foto: Cuartoscuro

Aunque es necesario atender la salud mental de los ciudadanos ante los sismos registrados en los últimos años, que generan cuadros de ansiedad, depresión y miedo, es necesario continuar con los simulacros, porque son fundamentales para preparar a la población ante un nuevo terremoto, aseguraron especialistas de la UNAM.

Sin embargo, subrayaron que hablar tremofobia como el temor persistente, incontrolable y desmesurado frente a los movimientos sísmicos es incorrecto, porque no se ha identificado clínicamente esta fobia, aseguraron los profesores de la Facultad de Psicología de la UNAM, Hugo Sánchez Castillo y Ricardo Trujillo Correa.

Explicaron que las secuelas de tres eventos sísmicos, 1985, 2017 y 2022, han dejado grandes heridas en los mexicanos y sus repercusiones suelen llegar a nuestra salud mental, porque al mínimo aviso de un nuevo sismo nos remitimos al miedo y la ansiedad.

Sin embargo, explicó, recientemente se ha empezado a hablar de la tremofobia, pero no puede considerarse una fobia, pues el término iría más ligado a las secuelas que dejan los sismos como la ansiedad, la fobia y el trauma postraumático, pero no está dentro del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM5), que es la obra más completa y actualizada de la práctica clínica, a disposición de los médicos especializados en salud mental y de los investigadores.

Trujillo Correa criticó el mal uso del término tremofobia debido a que no existe evidencia, relevancia, trabajos y tampoco argumento científico que sustente la fobia a los temblores. “Me parece que estamos nutriendo esto de patologizar la vida cotidiana. A todo lo que nos sucede, ya le queremos dar un significado distinto. Si se muere mi perro, es válido que esté triste, pero si ese sentimiento dura una semana, ya muchos señalan que tengo depresión y lo mismo pasa al usar este término”, dijo.

Ambos coincidieron en que sentir miedo a los temblores es normal y no se debe esconder ni tener pena por mencionarlo, ya que forma parte de nuestra naturaleza, incluso nos permite estar alerta ante estos movimientos telúricos.

“El miedo nunca desaparece. Nosotros, como psicólogos, trabajamos para que las personas resignifiquen ese miedo y tengan una forma de afrontarlo diferente. Tener miedo a los sismos no debemos verlo como una emoción negativa, sino como una emoción adaptativa. No se debe remover, sino aprender a vivirla”, detalló Ricardo Trujillo.

Hugo Sánchez manifestó que sentir miedo a los temblores es fundamental para la supervivencia, es algo natural e incluso saludable, aunque dejó en claro que cuando este miedo se agudiza y se vuelve algo patológico es necesaria la atención con especialistas.

Ante las hipótesis descabelladas sobre los sismos, como la Ley de la Atracción, muy difundida en redes sociales, señaló que es necesario continuar con los simulacros, ya que nos permiten relacionar la alerta sísmica con algo positivo que nos facilita crear una respuesta de sobrevivencia.

“Por ejemplo, los jóvenes que nacieron después del temblor del 85 tomaban los simulacros como juego o pérdida de tiempo, porque no había esta asociación, no había esta continuidad y contingencia en cuanto al estímulo: percibo la alarma sísmica y la respuesta de sobrevivencia. Pero cuando llega el 2017, suena la alarma y empieza el temblor. El sistema nervioso central hizo la asociación inmediata”, acotaron los especialistas.

“Debemos entender que el beneficio es para la comunidad, es un bien mayor mantener estos mecanismos (realizar simulacros). Los simulacros no debemos tomarlos a juego, la cultura de prevención debe ir más allá y es necesario aceptar que vivimos en una zona sísmica para que cuando llegue otro evento de este tipo, hacer lo que nos corresponde y no nos afecte de la misma manera”, expuso en su participación Ricardo Trujillo.