José Andrés Díaz / Ovaciones
Foto: Cortesía Iris Mora

Era el cinco de julio del año 2003 y la tarde caía sobre la cancha del Estadio Azteca. Por primera vez en la historia del futbol mexicano, una Selección Nacional Femenil jugaba un partido oficial en el Coloso de Santa Úrsula, ni más ni menos que ante la potencia Japón en busca de clasificar a través del Repechaje al Mundial celebrado en Estados Unidos.

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En ese encuentro la delantera Iris Adriana Mora Vallejo, entonces rumbo a sus 22 años, hacía rugir esa catedral del futbol mundial, gracias a un golazo de larga distancia, luego de un globito que clareó a la arquera japonesa; un momento que quedó para siempre no solo en su vida, sino en la propia historia del futbol femenil mexicano y su Selección Nacional, más allá de que el Tri entonces dirigido por Leonardo Cuellar no pudiera clasificar a la Copa del Mundo.

Han pasado más de 20 años desde aquel momento y hoy el balompié femenino en nuestro país vive una realidad muy distinta, aunque aún está muy lejos de ser la mejor; ahora existe la Liga MX Femenil, además de que la Selección Femenil es valorada y, sobre todo, respetada, luego de un larguísimo camino lleno de espinas, menosprecio y machismo.

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En entrevista con OVACIONES, Iris Adriana recordó cómo fue que hace más de dos décadas las pioneras futbolistas mexicanas como ella, iniciaron la lucha por tener un lugar en el balompié nacional y por darle su valor a la Selección Femenina, en una realidad sumamente compleja con dueños de clubes en México que siempre las minimizaban, las rechazaban y las menospreciaban por el simple hecho de ser mujeres.

“Siempre fuimos un estorbo”

“El trabajo mata grilla, siempre. A nuestra Selección independientemente que nos quisieron borrar y que siempre fuimos un estorbo, nunca pudieron porque nuestro trabajo siempre salía adelante. (Fuimos la) primera Selección que participó en Juegos Panamericanos (en 1999); nos mandan pensando que jamás le íbamos a ganar a Canadá en Winnipeg y les quitamos la medalla de plata al eliminarlas en semifinales”, recordó.

El trabajo del que habla no solo significaba obtener buenos resultados en el terreno de juego. Al igual que en una sociedad donde se favorece al hombre por encima de la mujer, el futbol no se escapaba (y aún no se escapa del todo) de esa configuración en México; por ello, para Iris y sus compañeras como Maribel “Marigol” Domínguez, Patricia Pérez, Monica González, Mónica Vergara y Evelyn López por mencionar algunas, cada partido no solo era jugar a la pelota, sino también pelear por que no las borraran del plano futbolístico nacional, para que en el futuro (hoy presente), las que vinieran después no tuvieran que pasar por lo mismo y que al menos fueran respetadas.

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“Nosotras nos jugamos el que hubiera una liga, el que tuviéramos visualización, que los mexicanos nos reconocieran como una Selección Nacional, que los hombres quisieran que sus hijas jugaran también igual que como llevas a un niño con la ilusión de que tu hijo se convierta en futbolista profesional; que también le dieras la oportunidad a las hijas. Y que dijeras: ‘mi hija también puede jugar en el Estadio Azteca'”.

Recordó también aquel julio del 2003 en el que jugaron ante las niponas en el Coloso de Santa Úrsula, momento que si bien ya está lejano el tiempo, sin lugar a dudas marcó un antes y un después para el futbol femenil en nuestro país.

“Solo abrieron la primera parte del estadio porque éramos mujeres, 70 mil personas esperando a entrar con familias. Era un nuevo despertar no solo para nosotras que ya sabíamos que había un potencial, sino que nos jugáramos el que nos visualizaran, el que supieran que había una Selección que los representaba y que se sintieran orgullosos de nosotras las mujeres mexicanas jugando futbol y que quisieran que sus hijas fueran parte de este equipo”.

“Las mujeres siempre estamos a prueba de si seremos capaces”

La actualidad de la Selección Mexicana Femenil es muy buena, porque más allá de que fueron eliminadas por Brasil en las semifinales de la Copa Oro W, el equipo ahora dirigido por Pedro López tiene a jugadoras de altísimo nivel, que se han podido foguear en la Liga MX Femenil, amén de que ahora las jugadoras poco a poco se van convirtiendo en ídolas de niñas, niños y jóvenes en México, algo por lo que pelearon aquellas jugadoras como Iris.

Pero ahora la lucha es otra. Hoy se trata de ver si esta Selección que dirige Pedro López, será capaz de mantenerse como un buen equipo de futbol o si solo fue una flor de un día. Para Mora Vallejo eso también es un mal contra las mujeres, a las que se les cuestiona muchísimo más su capacidad físico atlética a diferencia de los hombres.

“Hoy lo que se juega esta generación es el ¿serán capaces? Primero era: ¿serán capaces de mantener el ritmo contra Estados Unidos así como salieron después de 30 minutos? ¿Tendrán capacidad de mantener el ritmo 60 minutos? ¿Serán capaces de meter un gol, dos? Siempre la constante con la que jugamos un partido es: ¿serán capaces? Eso es todavía lo que no nos podemos quitar de encima y lo que se juegan hoy”.

Nueva generación debe valorar lo hecho por las pioneras

Por último, Iris expresó que luego de tantos años de lucha y trabajo, por su mente rondaban las dudas sobre si la nueva generación de jugadoras mexicanas, valoraría todo lo que las pioneras del futbol femenil en nuestro país hicieron para que hoy las cosas sean distintas.

Si bien es cierto que aún falta muchísimo camino por recorrer con mejores condiciones laborales y un salario digno, algo en lo que ya se avanzó en el Senado de la República, si jugadoras como ella, “Marigol” o Mónica Vergara no hubiesen peleado tanto como lo hicieron por la Selección Femenil en su tiempo, el presente hubiese sido mucho más sombrío para jugadoras como Jacqueline Ovalle, quien es la estrella hoy por hoy del combinado nacional.

“Yo tenía muchas dudas de si esta generación iba a entender todo el trabajo que hicimos nosotras, para mantener el trabajo de las nuevas generaciones. Yo no quiero que la ídola de una mexicana sea Alex Morgan, yo quiero que sea Ovalle, sea Greta (Espinoza), Stephany Mayor; eso es lo que queremos. Tener estas ídolas y que las jugadoras quieran llegar a ser como ellas o mejores.

“Que las nuevas generaciones quieran ser mexicanas jugando para la Selección y haciendo grandes cosas, no solo para el futbol sino para el deporte en general nosotras como mujeres, de que hacemos bien las cosas y podemos darle una satisfacción a nuestro país y que se sientan bien representados”.