El general Ricardo Trevilla Trejo, secretario de la Defensa Nacional, y alto mando del Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional, ratificó la lealtad de las fuerzas armadas del país al gobierno que encabeza la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, pero además, señaló que éstas deberán cumplir con determinación y firmeza su misión más importante: “defender la integridad, independencia y soberanía de la nación, porque nuestra soberanía no es negociable”.
Lo anterior, en medio de las advertencias que ha hecho Estados Unidos para enfrentar a las organizaciones criminales que operan en México y que trafican fentanilo hacia la Unión Americana.
Ante, el almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, secretario de Marina y alto mando de la Armada de México, también reiteró la lealtad de las fuerzas armadas a las instituciones de la República, “pero sobre todo lealtad siempre a la nación mexicana misma, libre, íntegra, soberana e independiente”.
Es más, destacó que la historia ha enseñado que la lealtad a la nación no sólo atañe a los militares, sino que también se encuentra arraigada en cada mexicana y mexicano que aspira a heredar un país a las naciones futuras, por eso, “hoy la lealtad obliga a quienes la practican a ser íntegros, honestos, honorables y valientes, muy valientes, a cultivar un sentimiento de confianza mutua, respeto, unidad y nacionalismo para alcanzar los objetivos nacionales”.
Durante el 112 aniversario de la marcha de la lealtad, en el Castillo de Chapultepec, en donde por segunda ocasión consecutiva no se invitó a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, la comandanta suprema de las Fuerzas Armadas pasó lista de honor a los héroes de las gestas heroicas de 1847 y 1914.
Estuvo acompañada del pleno de su gabinete legal y también del ampliado, además de funcionarios de la Sedena y Semar, exdirectores del Heroico Colegio Militar, agregados militares, navales y aéreos, así como policiales acreditados en el país, generales en retiro, los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado de la República, entre otros, pero no así de su esposo Jesús María Tarriba, rompiendo con la tradición de el titular del Ejecutivo Federal estuviera acompañado de su cónyuge.
Cabe destacar, que por primera vez en la historia del Heroico Colegio Militar, una compañía de cadetes integrada por mujeres, realizó una salva de fusilería.
