Osmar Olvera volteó a ver a su abuela y le regaló la más tierna sonrisa. “Ella me la dio”, respondió orgulloso a la pregunta sobre la vistosa corbata con la iconografía de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 que usó para recibir el Premio Nacional de Deportes 2024 de manos de la presidenta Claudia Sheinbaum.
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El clavadista de 20 años de edad es el atleta del momento en México gracias a sus dos medallas olímpicas —una de plata en trampolín sincronizado varonil y otra en trampolín individual— obtenidas en París 2024, cuando se convirtió en el primer deportista azteca en conseguir dos preseas en una misma justa veraniega. Pero quiere más.
“No tengo dudas, creo que todos los deportes, no solamente en clavados, todos vamos a crecer y vamos a mejorar”, aseguró tras la premiación, “Vamos a ir por ese sueño (de más medallas para México en Olímpicos). Hubo muchos cuartos y quintos lugares (en París) que fácilmente pudieron haber sido medallas y se hubiera superado esa barrera de las nueve medallas para México, entonces no tengo dudas de que vamos a entrenar muy duro y vamos a traer muchas alegrías de Los Ángeles”.
La carrera de Olvera ha tenido una brutal efervescencia gracias a su poderosa irrupción en los saltos ornamentales, disciplina que es la que más glorias ha dado al país en el olimpismo con 17 preseas a lo largo de la historia, lo que representa el 21.8% del total para México.
Sus éxitos cobraron mayor relevancia al estar los deportistas acuáticos entre la espada y la pared por culpa de la disputa entre la hoy desconocida Federación Mexicana de Natación y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade). Ahora con Rommel Pacheco al frente del deporte en la administración de Sheinbaum Pardo, ha prometido traer estabilidad y, con ello, más garantías para que Olvera y el resto de los atletas puedan explotar al máximo sus capacidades.
“Rommel lo ha hecho saber, nos ha abierto las puertas a todos de ir con él a Conade, todos confiamos en él, sabemos que lo puede hacer bien, esperamos eso y estamos muy unidos. Creo que desde que llegó Rommel dijo que habría esa comunicación, que venía a buscar la puerta el cómo sí, cómo apoyarnos y de ahí esa positividad, ese ambiente, esa energía y es confiar, hacer lo que nos toca y que ellos hagan lo suyo para que todo fluya, sea mejor y por el bien del deporte”, comentó Osmar.
“Todos los deportistas acuáticos hemos visto el cambio desde que llegó Rommel, él tiene todo el deseo de solucionar estos problemas y ya lo está haciendo, se sentó a platicar con María (José Alcalá, presidenta del COM), dialogó con las autoridades de World Aquatics y hemos visto que está trabajando bien”, agregó.
Acompañado por su familia en todo momento, ha sido así como Olvera Ibarra ha alcanzado la cima del deporte nacional. Y en busca de dar ese paso al frente en Los Ángeles 2028, ha lanzado un guiño a la presidenta al llamarla capitana, con tal de que la suma de todos los esfuerzos ayuden a que se logre un resultado histórico en la próxima justa olímpica.
“Fue Rommel quien me lo sugirió y no lo vi mal, al final ella va a estar con nosotros todo este ciclo olímpico de cara a Los Ángeles y nombrarla como capitana al frente de la Delegación es muy bueno y nos va a motivar a todos. Estoy contento, obviamente todavía me pongo un poco nervioso al hablar frente al mundo pero me voy acostumbrando. Ganar el Premio Nacional al Deporte no Profesional es algo increíble, es un sueño y estoy muy contento”, sentenció.