MARTIN AVILÉS

Foto: José Melton / La Prensa

“¡Arriba el feminismo, se va a vencer, se va a vencer! ¡Abajo los Rubiales; se va a caer, se va a caer!“, se escucha a las afueras del Estadio Azteca. El Real Madrid Femenil está de visita en la capital mexicana para enfrentarse a las Águilas del América en en un delicado contexto mundial luego de que recién fueran exhibidas las deplorables prácticas machistas tan arraigadas como normalizadas en la sociedad.

Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, plantó un beso públicamente sin su consentimiento a la futbolista española Jenni Hermoso durante la premiación de la pasada Copa del Mundo. El acto, retorció las entrañas de una sociedad que anhela vomitar esas prácticas machistas que tanto daño han hecho a la estructura social.

La Barra Feminista de México aprovechó el duelo entre azulcremas y merengues para gritar al mundo su repudio a este acto. Con mantas, cantos y un jersey del Pachuca Femenil con el dorsal de Hermoso estampado, el grupo de mujeres causó eco en la explanada del Coloso de Santa Úrsula.

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“¡Fuera Rubiales, el machismo ya no cabe!”, exclaman las feministas que pintaron de morado los amarillos y blancos de las dos instituciones en disputa.

De pronto, una pequeña niña con jersey merengue se acerca al contingente con una pancarta con un mensaje tan contundente como crudo. “Otro futbol es posible”, se lee en la diminuta cartulina que sostiene la menor de edad. Porque esas nuevas generaciones desean vivir en un mundo mejor a este, donde un hombre desde su posición de poder abusa de una mujer.

“Es apoyar a las mujeres para que vean que el futbol es para todos”, comenta Carlos Iván García, padre de la pequeña Ana Paula. “Quiero un mundo mejor para mi hija. Ya llevo bastantes años que le voy al Real Madrid, desde que era pequeño. Le quiero inculcar ese amor merengue, algo que le gusta y algo que le apasione”.

Las cámaras rodean a la menor y el cobijo de las mujeres se hace sentir como si se tratara de una promesa para ese futuro que le pertenece. Pero a lo lejos, como es de esperarse en una sociedad sumergida en las peligrosas aguas del machismo, un sujeto exclama “¡Váyanse a la chingada!”.

“Es la prueba de que las cosas están mal. No podemos seguir en un país, en un mundo donde los machos se nieguen a perder ese privilegio de someter a la mujer”, dice Dania, una participante de la Barra Feminista, quien no quiso decir si apellido ni salir ante la cámara por el mismo temor a las peligrosas conductas machistas. “Lo del vídeo que salió después de la premiación en el autobús de la selección española, no es sino el ejemplo de la normalización que existe cuando el abusador tiene el control total, es el reflejo del miedo de la mujer ante su poder”.

Recién el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) consideró parcialmente la denuncia presentada por el Consejo Superior de Deportes (CSD) y acordó abrir un expediente disciplinario a Luis Rubiales por dos infracciones graves tras la final del Mundial femenino de futbol el pasado 20 de agosto. Mientras el caso es reprobado y observado con lupa desde cada uno de sus ángulos, los movimientos feministas no cesan en su apoyo total hacia Hermoso.

José Melton La Prensa