CHICAGO, (Reuters) – Los agricultores de Estados Unidos planean reducir sus siembras de maíz y trigo en 2022, incluso cuando los suministros domésticos de trigo están en su nivel más bajo en 14 años y la demanda de ambos granos está aumentando tras la invasión de Rusia a Ucrania, que interrumpió los envíos de proveedores clave.
Sin embargo, los productores estiman que sembrarán la mayor superficie de soja de su historia, dijo el jueves el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), ya que los altos costos de los insumos asociados con el cultivo de maíz y trigo hicieron que la semilla oleaginosa fuera más atractiva.
“Cuando vimos que el precio (de los fertilizantes) realmente se disparó a partir del otoño pasado, los productores buscaron alternativas”, dijo Brian Basting, analista de Advance Trading. “También estuvieron mirando el atractivo precio de las semillas oleaginosas”, declaró.
Los datos exacerban las preocupaciones sobre la escasez de trigo en las naciones importadoras y la creciente inflación de los alimentos.
Los futuros de maíz y trigo de la Bolsa de Cereales de Chicago se dispararon a máximos de sesión después de que se publicaron los datos, mientras que los futuros de soja, que se habían estado negociando en territorio positivo, bajaron.
USDA dijo en su informe anual de perspectivas de cultivos que los agricultores prevén sembrar 89,490 millones de acres de maíz, frente a los 93,357 millones en 2021. La proyección de acres estuvo por debajo del extremo inferior de las estimaciones en una encuesta de Reuters.
Las siembras de soja aumentaron a 90,955 millones de acres desde 87,195 millones y las siembras de trigo de primavera disminuyeron un 1,9% a 11,200 millones de acres

FILE PHOTO: Lance Frederick, 18 year veteran of the custom harvesting industry, is photographed with a John Deere combine in the background in Penalosa, Kansas, June 20, 2001. Frederick with his brothers and their caravan of crew and family members are the nomads of the plains. Their 22-member clan treks annually from Texas north to Montana and back again, traveling the rutted, unpaved side roads of the nation’s heartland, cutting wheat, corn, sunflowers, canola and more. The nomadic lifestyle, contracting with farmers who do not have the time, money or other resources to bring in their own crops, is not unique to Frederick Harvesting. Indeed, the brothers’ outfit is one of an estimated 1,500 to 2,000 custom harvesting companies that annually trace a path through rural America to collect the food that feeds millions. HK/ME/File Photo 


