Sandra Soraya Castro / El Sol de Morelia
Foto: Sandra Soraya Castro
Con apenas 81 años de vida, el Paricutín es considerado el volcán más joven de México, al haber nacido y hecho erupción en 1943, dejando sepultado a un poblado completo.
Localizado en la meseta volcánica purépecha de Michoacán, la actividad de este coloso representó una tragedia para decenas de personas que tuvieron que abandonar sus hogares en Parangaricutiro, dejando atrás muchas de sus pertenencias.
La alerta oportuna del nacimiento del volcán dada por el agricultor Dioinisio Pulido permitió, sin embargo, que el fenómeno natural no cobrara una sola vida, pues toda la población logró evacuar y salir ilesa. El coloso duró 10 años activo y arrojando lava o cenizas, mientras su cono alcanzaba los 424 metros de altura.
Hoy, más de 80 años después, el sitio se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos del estado.
De difícil acceso debido a la lava volcánica, los visitantes que logran ascender tienen como premio observar la torre de la vieja iglesia de donde logró rescatarse el Señor de los Milagros, un cristo que ahora es honrado en el pueblo que después se fundó por los desplazados del volcán y al que bautizaron como Nuevo San Juan Parangaricutiro
La parte más alta de la iglesia deja observar a través del campanario parte del interior de la estructura, en donde se han colocado flores y otras ofrendas.
¿Cómo llegar al Paricutín?
La forma más fácil de llegar al Paricutín es a través de Angahuan, comunidad indígena ubicada a unos 19 kilómetros y en donde es posible contratar guías e incluso caballos para aligerar el recorrido.
Yendo desde Morelia, los interesados en conocer este lugar pueden tomar la carretera Morelia-Uruapan desviándose hacía Paracho. Antes de llegar a Capacuaro, se tendrá que tomar la desviación a Angahuan.
Existen varias rutas trazadas por senderistas para poder realizar el recorrido, cuyas distancias son de entre 15 y 19 kilómetros. La recomendación en todos los casos es contratar un guía, ya que se tienen que atravesar algunos terrenos privados, además de que no hay rutas bien marcadas o definidas.
La otra opción para llegar es en caballos o autos rentados, que dejan a los visitantes en la zona aledaña al área de piedra volcánica.
El recorrido, en muchos puntos agreste por la piedra volcánica, exige el uso de zapatos adecuados, así como ropa cómoda y de buena cobertura, pues se encontrará un clima muy frío por la mañana y tarde, pero muy caluroso durante el mediodía.
El proyecto para facilitar la visita
El presidente municipal de San Juan Nuevo Parangaricutiro, Jesús Espinoza Rochín dio a conocer la existencia de un proyecto que tiene como finalidad facilitar la visita al lugar
“Hay un proyecto que consiste en poner unas rampas acrílicas flotantes, pues quienes conocen las ruinas de San Juan Viejo (sepultado por la lava), saben que deben cruzar y escalar las piedras volcánicas para llegar al atrio de la iglesia vieja (la cual resistió por nueve años las erupciones), entonces con ellas se facilitará el acceso”, explicó.