POR RITA MAGAÑA
Las baterías y pilas son un artículo que se utilizan a diario en cualquier aparato electrónico, pero lo que la mayoría desconoce es que su contenido impacta de forma negativa en el ecosistema y en las personas, por lo que senadores del PT consideran necesario colocar puntos de recolección de estos productos en desuso en locales comerciales.
El senador del PT, Miguel Ángel Lucero Olivas, mencionó que en los últimos siete años en México, se generó un promedio anual de 36 mil toneladas de pilas o baterías, es decir, aproximadamente 12% del total de los residuos municipales, equivalente a 10 pilas por habitante al año.
Indicó que al término del uso de las baterías, el contenido de materiales pesados como el mercurio se puede filtrar al suelo o al agua, lo que provoca efectos perjudiciales para la salud de las personas y del ecosistema.
Por ello, Lucero Olivas consideró necesario reformar el artículo 28 de la Ley Federal para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos para que los generadores, productores, importadores y distribuidores de pilas y baterías eléctricas estén obligados a colocar punto de recolección de estos productos en desuso, en sus locales comerciales.
El senador del PT destacó que del 100 por ciento de las pilas que entran en proceso de tratamiento se pueden recuperar metales ferrosos, zinc, manganeso y carbón.
Dicho proceso, resaltó, genera una mínima cantidad de dióxido de carbono, indirectamente por el uso de electricidad, de infraestructura y herramientas.
Subrayó que el ánimo de acopio de las pilas por parte de la ciudadanía se ha visto reflejado en ferias de reciclaje que realizan universidades y gobiernos, pero que estas acciones no son suficientes.
Lucero Olivas precisó que en la fracción lV del artículo 28 de la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos se establecen Planes de Manejo para cada deshecho, a fin de que sean ejecutados por los generadores, productores, importadores y distribuidores de pilas y baterías eléctricas que sean considerados como residuos de manejo especial en la Norma Oficial Mexicana correspondiente.
Por lo que, bajo esta premisa, y siguiendo las tendencias de otras legislaciones, expuso que quiénes se benefician de este mercado, sean los más aptos para promover su separación desde lugares accesibles.
