PATRICIA RAMÍREZ

Foto: Patricia Ramírez

“¡Por aquí no entra nadie!” Asegura orgulloso Don José, señalando la puerta principal de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que mantienen bloqueada desde hace más de un mes con pancartas, cartulinas y mantas en las que entre insultos acusan a los ministros de corruptos y exigen la destitución de la presidenta del organismo judicial, Norma Lucía Piña Hernández.

En una mañana ajetreada, como todas en el centro histórico de la Ciudad de México, entre el sonido de los comerciantes, organilleros y el paso de miles de personas y después de pasar otra noche en este lugar, un par de integrantes de la organización Escudo AMLO, coloca en las mesas instaladas a las puertas del edificio de la Corte los listados para recabar firmas para destituir a la ministra Norma Piña, junto a mercancía alusiva a Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En este plantón, donde al mediodía, cuando el movimiento es más intenso, los seguidores más radicales del presidente sacan los megáfonos para insultar a todo pulmón a los ministros y en particular a la presidenta de la Corte, a la que califican como “rata”, las mañanas pasan lento.

Apenas rebasan las 8 de la mañana y dos mujeres, adultas mayores ambas, se acercan a la mesa y preguntan para qué son las firmas y en cuanto les dicen que son para apoyar al presidente Andrés Manuel López Obrador “en su lucha contra la corrupta SCJN”, se sientan y hurgan en sus bolsas en busca de la ansiada credencial de elector, aunque solo una de ellas la trae y presta la extiende para que sus datos sean anotados en una lista apoyada sobre una tablilla de madera.

Cuando se le cuestiona sí realmente le importa que se vaya la presidenta de la Corte, con seguridad responde “Si lo dice el presidente sí, gracias a él como” y prosigue con su trámite, mientras su hermana promete regresar mañana con su credencial de elector, mientras se distrae acariciando un pequeño muñeco de tela con la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador, los famosos Amlitos, que tiene entre las manos.

Desde el otro lado de la mesa, el personaje que recolecta las firmas, les dice que es muy importante que traigan sus credenciales de elector o, aunque sea una foto de ella, porque se necesitan los datos de atrás del documento, “para que no nos lo rechacen”.

Asegura que se requieren 130 mil firmas para solicitar la remoción de la presidenta de la SCJN, pero van por 150 mil para que haya un margen. “Ya nos falta poco, pero no nos movemos de aquí hasta que lo logremos”, remata sonriente, con su gorra color Morena.

A este plantón se sumó otro la semana pasada, con el mismo fin, defender al presidente de las “tropelías” de la Corte, pero el original sigue allí desde hace más de un mes.