La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda, a la hora de comprar pilas, tomar en cuenta precio, rendimiento, saber si es mejor alcalinas o recargables y también, cómo cuidarlas para que no se derramen y duren más.
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Para ello, hizo un estudio de calidad entre cuatro marcas de pilas alcalinas y su versión recargable.
Indicó, en la edición de marzo, la Revista del Consumidor incluye, que las pilas más utilizadas en cuanto a su composición química son las alcalinas y las recargables, en donde las primeras, en particular, son más propensas a derramarse debido a las reacciones químicas y a la descomposición de sus materiales internos, ya que contienen químicos que generan energía, pero que con el tiempo se degradan liberando gas hidrógeno, lo que aumenta la presión interna y puede romper la carcasa.
También se derraman cuando se descargan completamente y permanecen en el dispositivo, lo que aumenta las probabilidades de fuga de los químicos que contienen; la corrosión puede dañar el sello de la pila lo que permite que los químicos internos se filtren y esto sucede si el ambiente es húmedo o si el dispositivo se deja en un lugar con alta humedad.
Al comprarlas, se recomienda verificar fecha de caducidad, tomar en cuenta cómo las tienen almacenadas, asegurarse de adquirir el tamaño correcto.
Este tipo de pilas se recomiendan para dispositivos de bajo consumo: controles remotos, juguetes, linternas, relojes de pared y pequeños electrodomésticos.
Las pilas recargables se recomienda usarlas en dispositivos de alto consumo como cámaras digitales, herramientas eléctricas y juguetes electrónicos.
Pueden ser recargadas de 100 a 500 en su vida útil, y en caso de adquirir un cargador, revisar sus características eléctricas.
Es importante no combinar pilas alcalinas y recargables, no exponerlas al sol, no abrirlas y no recargar pilas alcalinas.
Ambos tipos de pilas deben desecharse responsablemente una vez que termina su vida útil, en los contenedores diseñados para ello ubicados en calles y centros comerciales.