La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) instruyó el desarrollo de su análisis para garantizar que las personas consumidoras de jamón, adquieran productos que no representen un riesgo para su salud y economía, apegados a las disposiciones legales correspondientes.
Sin embargo, durante el levantamiento de muestras que el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor hizo para llevar a cabo el Estudio de Calidad de jamones, detectó algunos productos que no son lo que parecen y se autodenominan “embutidos”.
Pero también encontró otras variantes como “embutido cárnico” “embutido cárnico cocido”, “embutido cocido de carne de cerdo y pavo”, “cocido de pavo” o “producto cárnico cocido” que constituyen un nuevo sector en el mercado fuera de toda normatividad.
Y es que, en los supermercados y tiendas de autoservicio es común encontrar una gran variedad de marcas, calidades y precios de un solo producto, como lo es el jamón, que por su practicidad y sabor se ha convertido en un alimento importante en la mesa de las y los mexicanos.
La Profeco indicó que el jamón se comercializa en cinco clasificaciones de acuerdo a su contenido de proteína libre de grasa, grasa y fécula que inciden directamente en su aporte nutrimental y su precio.
El de mayor consumo por su accesibilidad en el mercado es el de clasificación Comercial y el Económico, los cuales contienen un 12% y 10% de proteína libre de grasa, 10% de grasa y 10% de fécula que favorece la retención de agua.
Indicó que, independientemente de la clasificación, el jamón debe estar elaborado exclusivamente a partir de la pierna trasera del cerdo o de los muslos del pavo declarados por la autoridad responsable como aptos para su consumo humano, de acuerdo con las disposiciones legales.
Frente al hallazgo, el Laboratorio de la Profeco analizó 40 productos y de éstos, 21 fueron jamones comerciales: 14 de pavo, cuatro de pierna, dos de pavo y cerdo, uno de cerdo y pavo. De clasificación económica se integraron cinco: dos de pavo y tres de pavo y cerdo.
En la cifra se contemplaron 13 de diferentes denominaciones que se declaran como embutidos y sólo uno de imitación vegana.
“Es importante mencionar que, como indica la Norma Oficial Mexicana 158 SCFI-2003, Jamón-Denominación y clasificación comercial, especificaciones fisicoquímicas, microbiológicas, organolépticas, información comercial y métodos de prueba, para que un producto pueda denominarse jamón de pierna debe estar compuesto por al menos 55% de carne de la pierna trasera del cerdo (con o sin hueso) y el de pavo por el mismo porcentaje de carne del muslo del mismo animal.
“No obstante, los 13 productos que a primera vista son similares al jamón, que están exhibidos comercialmente cerca de éstos y además utilizan imágenes idénticas en sus empaques están fuera del alcance de la NOM-158 SCFI-2003, por lo que pueden estar elaborados a partir de cualquier carne así como de pollo, pavo y cerdo o incluso pastas cárnicas”.
Agregó el Laboratorio de la Profeco que el contenido de soya de los “embutidos” puede ser más elevado al del jamón y el porcentaje de fécula ser inferior o superior al 10%, lo que disminuye el aporte nutrimental de estos alimentos sin denominación por la Norma.
Misma situación se observa con los aditivos, como los azúcares, nitritos, fosfatos y sodio. En los 13 productos analizados de diferentes denominaciones, los fabricantes no demostraron con evidencia clara de dónde surge su denominación ni ofrecieron una explicación técnica válida de por qué no son productos imitación.
Para asegurar que la población adquiera jamón que sí es jamón, la Profeco recomienda no dejarse llevar por las ilustraciones del empaque y leer el etiquetado en donde podrán encontrar la denominación del producto y el origen de la carne con que está elaborado, además de identificar el porcentaje mínimo (55%) de pierna trasera de cerdo o muslo de pavo para tener certeza del aporte proteico.
La dependencia recuerda a las personas moderar el consumo de estos alimentos, debido a que el alto contenido de sodio y nitritos con que están procesados representa un riesgo para la salud, especialmente de aquellas que padecen enfermedades cardiovasculares.
Jamones con irregularidades detectadas
Exceso de nitritos (aditivo común):
- El Mexicano: Jamón campirano de pavo
Proteína menor a la declarada:
- Bafar Virginia: Jamón de pavo
- Fud: Jamón de pierna horneado
Grasa menor a la declarada:
- Bafar: Jamón americano
- Bafar: Jamón lunch
Sodio menor al declarado:
- Chimex: Jamón Ibero Barcelona
- Nutri Deli: Jamón de pierna horneado
- Zwan Premium: Jamón de cerdo y pavo
Más proteína y menos sodio de lo declarado (producto vegano):
- Benji: Imitación jamón 100% vegano
Productos que parecen jamón, pero no lo son realmente
Estos productos se presentan como “embutido”, “embutido cárnico”, “embutido cocido de carne de cerdo y pavo” o “producto cárnico cocido”, pero no están regulados por la NOM-158-SCFI-2003, que define la calidad del jamón.
Embutidos que no cumplen con lo declarado
Contenido neto inferior al declarado:
- Aurrerá: Cocido de cerdo y pavo
No cumplen con el contenido permitido de nitritos:
- Galy: Galicia Virginia
Declaran más proteína de la que contienen:
- Tres Castillos: Embutido cárnico cocido
- Galicia: Virginia
- Kir Clásico: Embutido
Declaran menos grasa de la que contienen:
- Bafar Clásico: Embutido cárnico
- Duby Cocido: Embutido
- Galy: Galicia Virginia

Foto: arte en canva 


