Con el propósito de establecer un marco legal frente a los riesgos asociados al uso indebido de herramientas tecnológicas basadas en inteligencia artificial generativa, el diputado Víctor Manuel Pérez Díaz, del Partido Acción Nacional, presentó una iniciativa que reforma diversas disposiciones del Código Penal Federal y de la Ley Federal del Derecho de Autor.

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En la propuesta se establecen sanciones de seis meses a cuatro años de prisión, así como multas de 100 a 600 días, a quien incurra en conductas que impliquen el uso indebido de inteligencia artificial generativa con fines de manipulación, engaño, afectación a derechos o daños a terceros.

De acuerdo con la iniciativa, se entenderá por herramientas tecnológicas con base en inteligencia artificial generativa aquellas que, mediante modelos de aprendizaje profundo, generan contenidos como textos, imágenes, audios, videos o software con amplios niveles de autonomía y sin una intervención humana sustancial o decisiva, en respuesta a comandos o instrucciones.

En la iniciativa, que fue turnada a las comisiones unidas de Justicia, y de Cultura y Cinematografía, con opinión de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación, propone castigar la utilización de estas herramientas cuando se introduzcan en el mercado, se pongan en servicio o se exploten de forma que se manipulen deliberadamente imágenes, escenarios o grabaciones de video y audio para hacerlos pasar como reales, sin consentimiento de los involucrados.

Esta conducta precisa el documento será sancionada si su objetivo es causar daño, afectar la integridad de una persona o colectivo, o mermar su capacidad de tomar decisiones informadas, induciéndolos a posturas o acciones que de otro modo no adoptarían.

Asimismo, contempla sanciones cuando estas herramientas se alimenten de datos de reconocimiento facial extraídos sin consentimiento, ya sea desde internet, sistemas de videovigilancia o cualquier fuente de acceso no selectivo, así como de información susceptible de ser considerada privada o personal.

También se incluye el uso ilegal de sistemas de identificación biométrica remota, la falsificación de información o documentos oficiales, y la difusión de datos confidenciales, imágenes, audios o videos obtenidos sin autorización.

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Otro de los aspectos presentados, es la generación de contenidos u obras con inteligencia artificial generativa que sean presentados como originales, sin aclarar que fueron producidos mediante estas tecnologías, con el objetivo de registrarlos, comercializarlos o lucrar con ellos.

Se consideran infracciones, señala el documento, aquellas creaciones que violen derechos preexistentes o deriven en actos de fraude en perjuicio de personas físicas o morales.

En lo que respecta a las reformas a la Ley Federal del Derecho de Autor, se establece que podrán ser objeto de protección las obras desarrolladas con la asistencia de herramientas tecnológicas con base en inteligencia artificial, siempre que se respeten los derechos existentes y se cumplan criterios de transparencia.

No obstante, quedarán excluidas de esa protección aquellas creaciones generadas de forma autónoma por estas herramientas que vulneren derechos de obras precedentes o contenidos originales protegidos; que utilicen elementos sin autorización; que no hayan recibido aportaciones humanas en su elaboración; o que no especifiquen la tecnología empleada, sus procesos, etapas de desarrollo y los autores o coautores involucrados.

En el documento, el legislador panista resaltó que existe en México una creciente preocupación sobre el uso desregulado de estas tecnologías, al señalar que cada vez es más común que estudiantes de distintos niveles educativos recurran a herramientas de inteligencia artificial para elaborar tareas o tesis, al tiempo que creadores de contenido y plataformas digitales multiplican su uso para generar música, textos, imágenes o videos.

Por ello, advirtió que las leyes deben adecuarse a una nueva realidad tecnológica en la que los contenidos ya no requieren necesariamente de creación humana directa.

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“El desafío central es cómo manejar las obras generadas por estas tecnologías sin que ello afecte el valor de la creatividad humana“.