La primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) enlistó un proyecto de sentencia que abriría la puerta al consumo lúdico de la psilocibina, sustancia activa de los hongos Psilocybe cubensis y Psilocybe mexicana.

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Estas variedades son las que utilizaba la famosa sacerdotisa de los hongos, María Sabina, indígena mazateca de la sierra de Oaxaca, que se hizo famosa por el manejo de los llamados “niños santos”, hongos que generan efectos alucinógenos y han sido utilizados con fines rituales desde la época prehispánica.

El proyecto del ministro Juan Luis Alcántara Carrancá, que está enlistado para la sesión del 13 de agosto, última de la sala, pero que podría quedar rezagado para la próxima integración de la Corte, argumenta, al igual que se hizo con el cannabis, que prohibir su uso lúdico atenta contra el libre desarrollo de la personalidad.

En 2021, la misma primera sala de la Suprema Corte concedió un amparo colectivo a un grupo de personas para que pudieran consumir la sustancia de manera personal para atender algunos padecimientos.

Estos especímenes se utilizan para tratar trastornos como la depresión profunda, ansiedad, trastorno obsesivo-compulsivo, estrés postraumático y trastornos alimenticios.

Ahora, Sergio Morales Loyola promovió un amparo ante la SCJN en el que solicitó despenalizar su consumo de psilocibina, obtener de Cofepris un permiso administrativo para uso lúdico de estos hongos y reconocer que la prohibición actual vulnera su derecho al libre desarrollo de la personalidad y a la privacidad. De concederse el amparo, Cofepris deberá expedir la autorización para su consumo personal y recreativo solo para la persona amparada, aunque la decisión le abriría la puerta a que se admitiera en la práctica su despenalización para cualquier persona que lo solicite.

Los mazatecos de Oaxaca emplean los “niños santos” en rituales de sanación y adivinación desde tiempos ancestrales, mientras que se consumen actualmente en festivales de música y clubes de Norteamérica, Europa y Asia.

Estos hongos generan alteraciones en la percepción del tiempo y del espacio, alucinaciones visuales y auditivas con ojos abiertos o cerrados, sensaciones de unidad o experiencias místicas intensas.

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Entre las especies incluidas en el amparo figuran Psilocybe cubensis y ocho variedades de Conocybe, mientras que Psilocybe mexicana y Conocybe siligineoides quedan excluidas al estar protegidas por la legislación ambiental.