AIDA RAMIREZ
Foto: Cuartoscuro
Inmersos en el nearshoring y el desarrollo que traerá consigo al país, ahora el nuevo paradigma que se espera para pequeñas y medianas empresas (Pymes) es la llamada “configuración de la cadena de suministro”.
De acuerdo con un análisis hecho por Juan Carlos Ostolaza, director general del Centro de Competitividad de México (CCMX), las Pymes emplean alrededor del 70 por ciento de la población ocupada de nuestro país, y es precisamente este sector el que se vio más impactado por la pandemia por Covid19, pero “gracias a su resiliencia logró pasar de la competitividad de costos a la de riesgo”.
Señaló que en este momento los sectores con mayor potencial son maquinaria y equipo no eléctrico; equipo no eléctrico y electrónico; y vehículos de carretera y sus partes.
En este contexto, Ostolaza señaló que para las grandes empresas es crucial que la proveeduría local tenga las capacidades y confiabilidad para atender esta demanda, razón por la cual, indicó que el Centro de Competitividad de México seguirá trabajando para impulsar a más de 13 mil Pymes que hasta ahora se han sumado a este organismo, a través de consultoría, capacitación, vinculación y financiamiento.
El Centro de Competitividad de México (CCMX), organismo del Centro Mexicano de Negocios (CMN), precisa que el nearshoring es la transferencia “de ciertas operaciones del propio proceso de manufactura o proveedor clave, a un país cercano que esté próximo a la ubicación de la demanda final de los productos”, y dicho esquema se está materializando recién, luego de la escasez que se puso al descubierto con la pandemia de Covid19 en 2020 y con mayor profundidad en 2021, así como los riesgos que esto genera para las cadenas de suministro globales.
En ese sentido, Ostolaza afirmó que nuestro país tiene ventajas como la ubicación geográfica, tratados comerciales, la infraestructura desarrollada, sueldos competitivos, calidad y mano de obra calificada, entre otros.
Según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la ganancia potencial en el corto y mediano plazo para nuestro país por la reubicación de empresas derivado del nearshoring es de 35 mil millones de dólares, equivalente a 2.6 por ciento del PIB.
No obstante, en este entramado del nearshoring, es necesario que las grandes empresas integren a las Pymes en las cadenas de suministro para aprovechar el fenómeno que desde principios del año pasado se impulsa desde países como Estados Unidos.
Y es que, la mayor dependencia de las Pymes en estas cadenas está en alimentos, bebidas y tabaco, en la industria de metales y automotriz, en la industria química, en la construcción y en los servicios financieros.
Y participan como productores agrícolas y de actividades primarias; proveedores de industrias pesadas o bien, comerciantes minoristas y mayoristas de productos agroalimentarios.
En México existen 6.37 millones de establecimientos que emplean a más de 36 millones de mexicanos, y de éstas, 4.9 por ciento son pequeñas y medianas, y 0.2 por ciento son grandes empresas, el resto son micros.
En este sentido, apenas el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y Nacional Financiera (Nafin) presentaron un portafolio de productos financieros dirigidos a las pequeñas y medianas empresas del país, enfocados en programas de otorgamiento de créditos y de garantías.