¿Qué tan seguro te sientes?

23, abril 2023

LUIS WERTMAN Z

Esa es la pregunta que hace el INEGI cada tres meses en ciudades y municipios para conocer la percepción de seguridad que tiene una muestra representativa de la población mexicana acerca de la seguridad, o la falta de ésta, en su entorno inmediato cada tres meses.

Muchas veces he compartido que la sensación y la realidad son dos factores que están relacionados directamente con la seguridad en una nación y en la nuestra su vínculo es muy fuerte; tanto, que si la percepción de inseguridad es alta es difícil convencer a la gente de que los delitos se combaten y como resultado disminuyen.

Sin embargo, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (Ensu) que corresponde a este trimestre registra un nuevo descenso en el sentimiento de inseguridad y en el testimonio directo de la comisión de algún crimen en las colonias donde habitan los entrevistados.

A pesar de esto, es comprensible que para una persona que sufrió un delito ayer, esta medición no signifique absolutamente nada. No obstante, de acuerdo con el INEGI, una institución apreciada y confiable a los ojos de los mexicanos, a nivel nacional tuvo una nueva baja para ubicarse en el 62.1% de la muestra encuestada.

Nunca será un consuelo que seis de cada diez personas se sientan inseguro, pero recordemos que esta medición estaba más de diez puntos arriba hace cuatro años, justo cuando la mayoría de nosotros decidimos pacíficamente cambiar de rumbo y de estrategia para combatir al crimen.

Sé que es parte de un debate que en algunos segmentos de la sociedad mexicana no parece tener arreglo, solo que este descenso ocurre como resultado de un enfoque de construcción de paz, atendiendo las causas de la delincuencia y fortaleciendo un tejido social que estaba debilitado al extremo. Dudo que pueda atribuirse a la lógica de la guerra y de la confrontación estos resultados.

Porque la encuesta es clara al cuestionar si se ha sido testigo de algún delito en el lugar en donde se vive y en ese sentido, la muestra afirma que cada vez han visto menos. Como todo, dependerá del lugar en el que se reside y por eso Fresnillo, Zacatecas; Zacatecas capital; Naucalpan, Estado de México; Ciudad Obregón, Sonora; Uruapan, Michoacán; y Colima capital; son las ciudades con mayor percepción de inseguridad de las 75 urbes en las que se lleva a cabo la consulta.

En el primer trimestre del año en curso, 11 ciudades de la muestra tuvieron un aumento en la percepción de seguridad y cuatro un deterioro, comparado con el último trimestre de 2022. Resalta que Cancún, nuestro principal sitio turístico ha registrado una mala percepción sobre este importante tema.

Los sitios en donde nos sentimos más inseguros los mexicanos en esta etapa inicial del 2023 son los cajeros automáticos en la vía pública; el transporte público; las sucursales bancarias comerciales; y en las calles que frecuenta el encuestado. Es relevante añadir que las mujeres mexicanas continúan sintiéndose más inseguras que los varones y que esta sensación sigue concentrándose en espacios públicos.

Si bien existe esta baja en la presencia de delitos en los vecindarios de los participantes de la ENSU, las conductas antisociales que encabezan la lista son el consumo de alcohol en la vía pública; los robos o asaltos; el vandalismo; los disparos con arma de fuego y el consumo de drogas. Estos últimos, problemas que se han discutido en el marco de la cooperación con nuestro vecino del norte y principal socio comercial.

Además, retos que tienen un alto componente de corresponsabilidad social para encontrarles remedio. ¿Qué el consumo del alcohol en las calles, la detonación de armas de fuego y el vandalismo, no son comportamientos que entre todos podríamos evitar, limitar y erradicar sin la supervisión de las autoridades? ¿Cuál de estas prácticas nos beneficia como ciudadanía?

Hemos tomado medidas para no presumir joyas o artículos de lujo que provoquen tentación, hemos limitado salidas en horarios específicos y suspendido un viaje por ciertas rutas y carreteras, creo que esas no son soluciones; lo que sí es reside en una mejor organización vecinal y social, una participación más activa en la denuncia de conductas que nos afectan, y en suprimir cualquier actividad que sea nociva para la mayoría. Eso haría que nos sintiéramos y, en los hechos, viviéramos seguros mucho más rápido.