AIDA RAMÍREZ 

Foto: Romina Solis

El presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que trató de negociar con Germán Larrea, dueño de Grupo México, lo concerniente a los tres tamos que fueron recuperados de una concesión otorgada, el pasado viernes, y que para ello, le pidió nueve mil 500 millones de pesos, lo cual el primer mandatario rechazó.

Pero además, señaló que la toma por parte de la Secretaría de Marina (Semar) de los tramos fue para evitar un intento de sabotaje y no para detener las operaciones, “tenemos que defender el interés público”.

Por lo que dejó ver, contrario a lo que dijera el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, el fin de semana pasado, que esta ya es una decisión que no es momentánea o temporal.

El viernes 19 de mayo, en el Diario Oficial de la Federación (DOF), se publicó un decreto en el que se declararon de utilidad pública diversas actividades ferroviarias que estaban concesionadas al sector privado en la zona del Istmo, y que pasaron a favor de la empresa paraestatal Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, S.A. de C.V.

En conferencia de prensa en Palacio Nacional, confirmó que con esta decisión se pretende acelerar las obras el corredor interoceánico y dar paso libre a ferrocarriles de Tehuantepec, ya que “se está buscando que se avance más y que se integre toda la región.

“Es unir desde el Istmo hasta la península de Yucatán con los puertos hacia el Pacífico y el Atlántico, y no queremos que en el futuro se privatice todo esto que se está haciendo, que son obras públicas muy importantes para el desarrollo del sureste. Tenemos que dejar garantizado un futuro de justicia a las nuevas generaciones”.

López Obrador consideró que Larrea estuvo mal aconsejado por sus abogados.

Pero invitó al empresario para reunirse y hablar del tema, quien propone que serían nueve mil 500 millones de pesos, por la devolución del tramo: “¡pues así ya no se puede!, ¡ni siquiera a un precio justo, sino un abuso!”, dijo el primer mandatario.

Por ello, señaló que se tomó la decisión de expropiar, por lo que después se llevará a cabo el avalúo respectivo y hará la indemnización, “si es que le corresponde”.

Qué era lo que se pretendía, dijo el primer mandatario, la devolución de este tramo, sin quitarle el derecho a entrar al puerto, incluso hasta Salina Cruz, derecho de paso; porque “si todo es de la nación, por qué no recuperar el tramo, que originalmente era parte de la seguridad nacional”, pero también observó que Grupo México tiene la concesión del puerto de Veracruz, “que son 12 mil kilómetros”.

El Presidente de la República señaló que en esta administración se llevan hechas alrededor de 100 expropiaciones de terrenos privados para el Tren Maya, porque es un procedimiento establecido por la ley, “se llega a un arreglo, una expropiación concertada, se expropia, se hace un avalúo y se paga”.

Aclaró que esta decisión “no tiene nada que ver con la operación que Grupo México está haciendo para comprar Banamex.

“No, lo dije aquí y lo sostengo, si ellos cumplen con cuatro requisitos o recomendaciones: que sea capital mexicano mayoritario; que estén al corriente de pago de impuestos, al corriente de sus pagos en Hacienda, el SAT; que el patrimonio cultural de Banamex se quede en México y, que paguen impuestos, que a ellos no les corresponde pagar, sino a quien va a vender, lo que no se hizo a vez pasada que vendieron Banamex a Citigroup”, por lo que se dejaron de pagar tres mil millones de dólares.

Subrayó el Presidente López Obrador que no hay ningún problema en el caso del banco, “no es asunto personal, no es pleito con Germán Larrea, ojalá comprendan otros empresarios y quienes no está de acuerdo con nosotros, en un momento de sensatez piensen que un gobernante tiene que representar a todos y cuidar el interés público, no es empleado de nadie, ni gerente de una empresa”.