Hace apenas dos años atrás, Red Bull rozó la perfección cuando el RB19 consiguió 21 triunfos de 22 posibles en la temporada 2023, para sumar la mayor diferencia entre un equipo campeón del Mundial de Constructores sobre su más cercano rival. De aquella proeza, Checo Pérez fue clave, con dos victorias y nueve podios. Pero todo se derrumbó.
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Incluso durante esa temporada, cada vez que Sergio Pérez tropezaba, surgían rumores de reemplazo. Aun así, el mexicano se mantenía firme y cerraba bocas. En pleno 2024, la escudería lo renovó hasta 2026, reconociendo su peso histórico para la dinastía iniciada en 2021.
Pero el derrumbe llegó. Resultados pobres, pérdida del dominio y un 2024 para el olvido: Red Bull terminó tercero en constructores por primera vez desde 2018 y Verstappen ganó el título con un equipo que no fue primero ni segundo, algo no visto desde 1983.
Checo acabó octavo, con solo cuatro podios.
La presión explotó. Se rompió el contrato recién firmado y llegó Liam Lawson para 2025, y luego Yuki Tsunoda, quien terminó dejando una impresión aún peor: entre ambos sumaron solo 30 puntos. Sus resultados palidecieron frente a los registros obtenidos en Racing Bulls.
La caída se acentuó en Abu Dabi 2025. Verstappen peleaba el título con Norris y Tsunoda debía ayudar… pero entregó una de las peores defensas vistas en años. El contraste con la histórica defensa de Checo a Hamilton en 2021 fue brutal.
En 2026, Pérez volverá con Cadillac, junto a Valtteri Bottas, buscando recordar al paddock quién es el verdadero Ministro de la Defensa.
CHECO IS A LEGEND! pic.twitter.com/x5Q84iq9Yw https://t.co/LSFDknfrtH
— 𝒌𝒆𝒊 (@checocrispis) December 7, 2025
