GUSTAVO BORGES / EFE
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Más que una obra erudita sobre música, “La armada invencible“, nueva novela Antonio Ortuño, es un homenaje del autor a una de sus obsesiones, el ‘heavy metal‘, que ejerce como baterista no profesional en un garaje.
“Escribo sobre lo que me ha obsesionado. Ese amor juvenil por el metal, que se ha mantenido invariable a lo largo del tiempo, está en el germen de la novela”, reconoció este sábado el novelista en entrevista a Efe.
Ya es hoy. Luego de pandemias, desgracias y horrores, nos toca fiesta. Hoy, a las 6:30 de la tarde, presentaremos “La Armada Invencible” en GDL, en la Gandhi de siempre, en López Cotilla. Tengo una banda de lujo: #VerónicaLópez, @munozoliveira y @marigno. Me encantará verlos. pic.twitter.com/ypQUHGyo3q
— Antonio Ortuño (@AntonioOrtugno) September 15, 2022
Ortuño es el metalero de la literatura mexicana. A la manera de los corredores recreativos de maratón que sueñan con clasificarse a la mítica carrera de Boston, él pertenece a una banda que toca en un garaje para mantener vivo al músico que lleva dentro.
Ahora fue más allá. Con su pluma y el oficio de fabulador, que lo mantiene como uno de los narradores más reconocidos de su generación, armó una historia sobre esa minoría formada por los músicos del ‘heavy metal’.
“No es una novela con un barniz sobre el tema del metal, sino que el gusto por esta estética está en el eje, en el corazón de la obra, del lenguaje, del ritmo, de la narración, de los personajes y de la propuesta”, asegura.
Con aullido metalero y todo, ayer celebramos en Guadalajara el lanzamiento mundial de “La Armada Invencible”, nueva novela de @AntonioOrtugno que es ya una obra fundamental para quienes amamos la música y sus complicidades. Si no lo han hecho, corran a comprarla. ? pic.twitter.com/VNmh4DBFaO
— Mariño González (@Marigno) September 16, 2022
Publicada por Seix Barral, “La armada invencible” cuenta el plan de unos cuarentones de reunir a la banda de ‘heavy’ y ‘trash’ que formaron de jóvenes. Barry Dávila busca a sus viejos amigos, con vista cansada y libras de más, y a partir de ahí se desarrolla una trama que toca varios conflictos humanos del mundo de hoy.
“Creo que la narrativa ayuda a que la vida, la realidad que habitamos, sea más amplia y compleja. Por eso, abundé en las historias de los personajes, quería enriquecer esa idea que tenemos de los metaleros, como si todos fueran malos que gruñen”, observó.
UNA MIRADA ÍNTIMA A LOS SERES HUMANOS
Con un lenguaje callejero, mundano, irreverente, el libro retrata a los músicos como seres de carne y hueso. El guitarrista Mustaine es un frustrado, pese a su talento; el vocalista Barry Dávila tiene de fantoche, el bajista Yulian vive al día y la brillante guitarrista Paty, se pasa la novela librando obstáculos.
“Una especie de corazón secreto de la novela es la idea de que si encuentras en otra parte algo lo suficientemente poderoso vas a dejar la música”, cuenta, y no se extiende en ejemplos para no echar a perder las sorpresas a quienes aún no lo han leído.
EL AUTOR
Nacido en 1976, en el céntrico estado de Jalisco, Ortuño ha ganado premios como el Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero de 2017 y el Bellas Artes de Cuento Hispanoamericano Nellie Campobello del 2018.
Además, sus libros han sido traducidos a media docena de idiomas y es colaborador del diario “El País”, de España.
En “La armada invencible” mostró su madurez, al proponer una estructura novedosa. Escribió el libro como un álbum de música que toca el ensayo, la poesía, el reportaje y otros géneros.
“La música de las palabras para mí es fundamental. La estructura del libro era inevitable que fuera como de un álbum, es parte fundamental de la cultura rockera”, explica.
LA ALEGRÍA DE CANTAR
Ortuño es cuestionado acerca de una frase del Nobel Gabriel García Márquez: “La mayor alegría es la alegría de cantar“. Sus ojos brillan al volver a escucharla y cree que es una verdad sin matices.
“Es cierto lo de la felicidad de la música. En la música se te mueven los pies o no, se te mueve la cabeza o no, tienes una relación física con la música o no. Es menos sencillo lucir prestigio como el que dice que le gusta la película que no entendió o el libro con el que se aburrió”, reflexiona.
En estos tiempos en que la sociedad estableció un discurso de defensa de las minorías, los metaleros podrían mostrarse como víctimas de bullying. Ortuño cree que no lo harán porque eso sería una contradicción con la filosofía de los feligreses del género.
“Como el discurso metalero está basado en el combate y el poder, no son quejosos. Al contrario, se la pasan desgreñándose y peleando con todo el mundo, pero es verdad que hay una animadversión extendida y esto en México tiene raíces profundas”, reflexiona.
Se refiere a la indiferencia de los medios, los conciertos cancelados y las detenciones a metaleros por el delito de andar greñudos, ir vestidos de negro y llevar camisetas con dibujos raros.
Es una discriminación recreada en un libro que es algo más que una historia para lectores amantes del metal porque ahonda en lo que somos todos: Seres humanos.