Ricardo y Pedro Rodríguez, ¿qué hermanos han destacado en la Fórmula 1?

La Fórmula 1 está llena de historias de hermanos que han dejado huella en las pistas con legado, pasión y unión familiar.



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El automovilismo siempre ha sido un deporte de pasiones extremas: velocidad, riesgo y adrenalina. Pero hay un elemento que lo hace aún más humano y cercano: la familia. A lo largo de la historia, muchos hermanos han compartido algo más que el apellido en las pistas, al grado de convertirse en símbolos de unión, rivalidad y legado. Como Pedro y Ricardo Rodríguez, cuyo talento y fama los hizo merecedores de tener su nombre en la pista más importante de México.

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En territorio azteca, hablar de hermanos en el automovilismo es recordar a los hermanos Rodríguez, pioneros de la Fórmula 1 y símbolos del automovilismo tricolor. Su legado trascendió en la pista, pues el Autódromo Hermanos Rodríguez es sede del Gran Premio de la Ciudad de México en la Fórmula 1, y lleva sus nombres como homenaje eterno a su talento y a la huella que dejaron en los aficionados.

Aunque ambos perdieron la vida pronto, sus hazañas siguen vivas en cada rugido de motor que se escucha en la Magdalena Mixiuhca. Pedro, con su victoria en Le Mans, y Ricardo, con su histórica entrada a la Fórmula 1 a los 19 años, marcaron el inicio de una tradición que hoy aún inspira a nuevas generaciones de pilotos mexicanos.

Otros hermanos en la Fórmula 1

Lewis Hamilton, siete veces campeón del mundo, ha demostrado que los títulos y los récords no lo definen tanto como los valores que lleva consigo. Quizá uno de los momentos más conmovedores de su carrera no ocurrió en un podio de Fórmula 1, sino de manera incógnita en las gradas de un circuito del British Touring Car Championship, donde apoyó a su hermano Nicolas Hamilton.

Nico desafió todas las probabilidades al convertirse en el primer piloto con discapacidad —debido a la parálisis cerebral que tiene— en la categoría. Lewis, para no robarle protagonismo, se escondió tras una sudadera y una máscara, como un fan más, con tal de vivir la emoción de ver a su hermano cumplir un sueño. Un gesto que resume lo que significa ser familia y compartir victorias más allá de los reflectores.

En Mónaco, otros hermanos que han trascendido en las pistas son los Leclerc. Con Charles como referente, siguen escribiendo su propia historia. La estrella de Ferrari en la Fórmula 1, no corre solo, pues detrás de él está Arthur Leclerc, quien hoy se abre camino en las categorías de resistencia y como piloto de desarrollo para la Scuderia Ferrari.

Arthur ya ha demostrado que su talento va mucho más allá del apellido, con títulos en campeonatos regionales y victorias en el GT italiano. Aunque los reflectores suelen estar en Charles, Arthur se ha ganado un lugar propio, construyendo una narrativa distinta, pero igualmente apasionante.

Pero si de historia y títulos hablamos en la F1, es imposible dejar fuera a los Schumacher. Michael, siete veces campeón del mundo, llevó la Fórmula 1 a un nivel casi mítico. Pero su hermano Ralf Schumacher también dejó huella al ganar seis Grandes Premios y convertirse, junto a Michael, en la única pareja de hermanos que han saboreado la victoria en la máxima categoría.

Aunque sus caminos dentro de la pista fueron distintos, ambos demostraron que en Alemania la pasión por la velocidad se lleva en la sangre. Hoy Ralf sigue ligado al deporte, ahora como mentor de jóvenes talentos y comentarista.

Brasil también tiene su capítulo especial con Emerson y Wilson Fittipaldi. De hecho, son los primeros hermanos en competir juntos en el Gran Circo. Su historia fue más allá de ser pilotos, pues se atrevieron a fundar su propio equipo, el Fittipaldi Automotive, apoyados por Copersucar. Emerson, bicampeón del mundo, aportó talento al volante mientras Wilson asumía el rol de líder del proyecto.

Aunque el equipo no pudo mantenerse frente a la feroz competencia tecnológica, dejó un ejemplo de ambición y amor por el deporte. Emerson encontraría después la gloria en la Fórmula Indy, pero la aventura Fittipaldi sigue siendo recordada como un capítulo único en la historia del automovilismo.

De Mónaco a México, de Brasil a Alemania, la historia de los hermanos en la Fórmula 1 nos recuerda que este deporte no sólo se mide en victorias o campeonatos, sino en lazos. Son historias que trascienden la pista, que nos muestran la fuerza del apoyo mutuo, la inspiración y, a veces, el dolor de las ausencias.