ALEJANDRO REZA
Foto: Reuters
Seguramente alguna vez has soplado las velas de tu pastel de cumpleaños, o has visto a alguien hacerlo. Pero, ¿te has preguntado de dónde viene esta tradición y qué simboliza?
Te sorprenderá saber que se trata de una costumbre muy antigua, que tiene sus raíces en diferentes culturas y creencias.
El origen más remoto de las velas en el pastel de cumpleaños se remonta a la Antigua Grecia, donde se rendía culto a la diosa Artemisa, la protectora de la naturaleza y la caza.
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Los griegos le ofrecían pasteles redondos con velas encendidas, que representaban la luna llena y su luz. Las velas también tenían un poder mágico, ya que se creía que podían alejar a los malos espíritus y atraer la buena suerte.
Más tarde, en la Edad Media, los germanos adoptaron esta costumbre y la adaptaron a sus propias celebraciones. Ellos celebraban el cumpleaños de los niños con un pastel al que llamaban kinderfest.
El pastel tenía una vela por cada año de vida del niño, más una extra que simbolizaba la esperanza de vivir otro año más. Los niños debían soplar todas las velas de una sola vez, y pedir un deseo en silencio, que se cumpliría si no lo revelaban a nadie.
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Con el paso del tiempo, esta tradición se fue extendiendo por el mundo, y se fue incorporando a otras festividades, como la Navidad o el Año Nuevo.
Hoy en día, poner velas en el pastel de cumpleaños es una forma de celebrar la vida y de expresar nuestros deseos. Además, es un momento divertido y emotivo, que nos permite compartir con nuestros seres queridos.
Así que ya sabes, la próxima vez que soples las velas de tu pastel de cumpleaños, recuerda que estás participando de una tradición milenaria, que tiene un origen mágico y religioso, y que te puede traer mucha felicidad.