Salud y convivencia, las peticiones de los niños mexicanos a los Reyes Magos

5, enero 2022

Ciudad de México, 5 ene (EFE).- Los niños mexicanos que estos días visitan la Romería de Ciudad de México lo tienen claro: este año a los Reyes Magos, además de los tradicionales regalos, les piden mucha salud para todos su familiares y desean, que de una vez por todas, desaparezca el coronavirus.

“Yo solamente les pido que me dé salud y a mi familia. (…) Que mi familia esté bien todo este año para que yo conviva más con ellos”, dice este miércoles a Efe Judith Evelyn, una niña de 10 años que acudió junto a sus padres a la llamada Romería de Reyes Magos, un espacio navideño con comida, juguetes y actividades para los más pequeños.

Y Judith une los dos deseos más mencionados por los pequeños en esta feria, a la que cientos de personas acuden felices después de una larga y complicada época en la que muchos niños no pudieron visitar a sus abuelos, hablar con sus compañeros del colegio o jugar con sus primos.

“(Lo que hago) con mis primos es jugar y con mi familia estar juntos”, cuenta Jimena, de 8 años, quien tímidamente comparte que su familia, por fin, puede volver a estar junta.

Desde que llegó el coronavirus a México a fines de febrero de 2020, las actividades familiares se vieron reducidas ante el creciente aumento de casos y fallecidos.

Y aunque México se ha caracterizado por no imponer medidas muy restrictivas, los menores, acostumbrados a la intensa vida en familia que rige el país, tuvieron que cambiar sus hábitos y dejar de ver a muchos de sus allegados.

Ahora, y a pesar de la llegada de la variante ómicron al país -donde se notificó el primer caso el pasado 3 de diciembre- los niños pueden revivir un poquito de las Navidades de antaño.

Y el ejemplo es la Romería de Reyes Magos, que este año se realiza en la explanada frente al emblemático Monumento a la Revolución.

Mientras que hace un año, los comerciantes protestaron por la cancelación de la romería, que para muchos es uno de los ingresos más significativos del año.

SUS MAJESTADES, EN DIVERSOS ESCENARIOS

Pero en 2022 la feria ha recuperado su esencia y cuenta hoy con más de una veintena de cubículos donde están presentes unos atentos Melchor, Gaspar y Baltasar.

Cada uno de estos espacios -en los que los niños pueden entregar la carta a su rey favorito- está decorado de manera diferente. Algunos con el tradicional pesebre y otros, más atrevidos, con personajes de moda como los surgidos de “Pokémon” o “Frozen”.

En todos ellos hay este día largas filas con familias que aguardan para cumplir con los deseos de los más pequeños.

Por fin, los pequeños pudieron reunirse con Sus Majestades, en quienes confían sus máximos anhelos y ante quienes aseguran “haber sido buenos” durante el año para que les entreguen sus juguetes más deseados.

Muñecos, cocinas de juguete, coches teledirigidos, patinetes o bicicletas son algunos de los regalos más codiciados.

Pero los niños terminan sus frases mirando a su alrededor y deseando que la covid-19 no les arruine el 2022 y puedan divertirse junto a sus seres queridos.

“¡Que se cuiden mucho y que no les dé el bicho!”, pide a los Reyes Magos Grecia, de 8 años, que camina junto a sus hermanos y su madre en busca de una fotografía con los reyes que quedará para el recuerdo.

“Les pido a los Reyes que se vaya el covid”, complementa su hermano Gael, de 9 años.

Mientras que su hermana Alexis, de apenas 7, desea la pronta recuperación de su tía, quien padece una enfermedad de corazón. “Y que sigamos felices”, remacha.

SIN BAJAR LA GUARDIA

Con luces de neón, juegos de feria de todo tipo, un tobogán gigante y un poco de frío, al visitar esto sitio parecería -en un primer momento- que la pandemia nunca hubiera pasado por México, que hoy suma casi 300.000 muertos y es el quinto país del mundo por número absolutos de decesos.

Pero adultos e infantes la tienen en mente: todos se echan gel antibacterial en las manos y nadie camina sin su mascarilla.

“Para México pido salud, para mi familia buena suerte y para mí un carro de control remoto que se mueve con la mano”, resume a la perfección Kevin, de 9 años. EFE