Santo que no es visto

Desde hace algún tiempo la CDMX se ha convertido en sede de importantes espectáculos de talla internacional, que captan poderosamente la atención de propios y extraños. Hace apenas unas semanas se disputó en el Autódromo Hermanos Rodríguez el Gran Premio de Fórmula Uno, y será el próximo lunes, cuando en el Estadio Azteca se lleve

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Desde hace algún tiempo la CDMX se ha convertido en sede de importantes espectáculos de talla internacional, que captan poderosamente la atención de propios y extraños.

Hace apenas unas semanas se disputó en el Autódromo Hermanos Rodríguez el Gran Premio de Fórmula Uno, y será el próximo lunes, cuando en el Estadio Azteca se lleve a cabo un duelo de temporada regular de la NFL, correspondiente a la Semana 11, confrontación que tiene a San Francisco y Arizona como protagonistas. Mientras tanto, las puertas de la Plaza México se mantienen cerradas a la tauromaquia con el daño que eso conlleva.

Aunque se sabe poco del proceso administrativo, que llevan a cabo los abogados de la Plaza México para tratar de revertir el amparo que interpuso un colectivo particular en contra de la Alcaldía Benito Juárez para que pueda llevar a cabo festejos taurinos en su jurisdicción, trasciende que se mantienen en la lucha aunque el panorama, por el momento, no es halagador.

Por alguna extraña razón, los profesionales taurinos que enfocan sus esfuerzos en reabrir el máximo escenario taurino de nuestro país, han descuidado la información hacia la afición y mantienen el desarrollo de este conflicto ‘muy tapado‘. Es complicado que la prensa especializada pueda encontrar noticias del tema.

Lo anterior desemboca en que los medios de comunicación dediquen grandes espacios a las disciplinas deportivas y los espectáculos que hogaño llaman poderosamente la atención de las nuevas generaciones, algo que paulatinamente deja en el olvido a la tauromaquia en la capital del país.

A la distancia da la impresión que los encargados de manejar el máximo escenario taurino de nuestro país no resintieron la prohibición taurina, pues ha sido habitual desde hace tiempo, que monten exitosos conciertos musicales en los que a través de las redes sociales dan cuenta de que logran agotar el boletaje.

Los que sí resienten la ausencia de actividad taurina, entre otros sectores no sólo el de los profesionales de este espectáculo con hondas raíces culturales, son los comerciantes y vendedores de productos y servicios relacionados con la tauromaquia. Restauranteros y comerciantes han visto afectados sus ingresos económicos con las puertas de la México cerradas a la lidia de reses bravas.

Con una fecha incierta para que el coso más grande del mundo vuelva a abrir sus puertas, la falta de comunicación entre organizadores y aficionados será un hándicap en contra que tendrán que resolver los profesionales taurinos en el momento en que regresen los toros.

Santo que no es visto no es adorado‘, afirman, y eso es lo que acontece precisamente con las corridas de toros en la capital de nuestro país. Los aficionados de ‘hueso colo- rado‘ que antaño había en México han ido desapareciendo paulatinamente hasta dar paso a público eventual, al que si bien no le desagradan las corridas de toros no la viven con la gran pasión de años ya idos.

No es fácil el trabajo que hay por delante si las agrupaciones taurinas quieren volver a posicionar a la fiesta brava en el ánimo del grueso del público, como ocurría hasta no hace muchos años, sin embargo lograrlo tampoco es imposible.

Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿Y si dieran toros en alguna otra alcaldía de la Ciudad de México?

www.torosyfaenas.com.mx / @tavomares1