JOSÉ ANDRÉS DÍAZ

Foto: Mexsport

El señor de los Clásicos es el América. Pero lo que parecía iba a ser una paliza histórica a favor de las Águilas, terminó con un partido en el que Chivas se ilusionó en busca de una remontada heróica, aunque el marcador final fue de 2-4 a favor de los azulcrema en el Estadio Akron en Guadalajara.

Los dos goles a favor de Chivas, maquillaron un juego en el que su acérrimo rival fue muy superior durante sesenta minutos del encuentro, pero sobre todo en el primer tiempo, porque a los emplumados les bastaron 45 minutos para imponer su jerarquía, darle toque y baile a los locales y encajarles tres goles.

América tardó 16 minutos para marcar su primer gol del partido, a través de Jonathan “Cabecita” Rodríguez. El chileno Diego Valdés le puso un bombón al uruguayo, quien definió de primera con parte interna del pie derecho al poste más lejano de Miguel “Wacho” Jiménez.

A partir de esa anotación la cancha se inclinó totalmente hacia el lado americanista. Fue el mismo Cabecita Rodríguez quien se apuntó un doblete al 38′, gracias a un contragolpe. Henry Martín controló la bola, se la pasó a Rodríguez quien con recepción dirigida se quitó a Christian Calderón dentro del área, para luego y luego definir con precisión pegado al poste ante la salida inservible del arquero de Chivas.

Profundamente herido, Guadalajara no supo responder al segundo gol del América y recibió la tercera estocada al 41′, gracias a una soberbia anotación del argentino Leo Suárez, quien agarró de aire con una volea preciosa de zurda, un balón que dibujó un efecto preciso para meterse como raya a la portería de Chivas.

El segundo tiempo era ya un trámite para el juego, Chivas estaba fulminado y todavía más porque al 53′, el goleador del Clausura 2023, Henry Martín marcó el 0-4, gracias a un centro de Diego Valdés que vino desde de la derecha, el cual remató sólido dentro del área.

Mala nota para el Capitán del América, porque después de su gol, festejó orinando como perro en la portería de Chivas, lo cual le mereció la tarjeta amarilla.

El partido estaba absolutamente controlado para el América. Chivas no encontraba ni de casualidad el que los antiguos llamaban como el gol del honor; el juego era un día de campo para los azulcrema, hasta que Emilio Lara cometió la pifia del juego.

Al 61′, el canterano de las Águilas atacó mal un centro que vino desde la derecha, y en lugar de sacar el esférico con la cabeza, terminó metiendo un remate imposible para el arquero Ángel Malagón, con lo que Guadalajara logró el descuento.

El autogol de Lara le dio sangre y motivación al Rebaño, mientras que América se descontroló y diez minutos después, Sergio “Morsa” Flores, quien entró de cambio en la parte complementaria, marcó el 2-4 tras un recentro de Daniel Ríos que fue otra de las alternativas de Veljko Paunovic para la parte complementaria.

Esos dos goles provocaron que el juego pasar de ser tres puntos totalmente seguros para el América, a un Clásico en el que Chivas comenzó a soñar con una remontada histórica, al menos que le alcanzara para un empate tras ir cuatro goles abajo ante el rival de rivales.

Pero ello solo fue un espejismo, porque América cerró el juego en la parte final del encuentro y al final se llevó una merecida victoria del Clásico Nacional, con la que subió al subliderato de la tabla del Clausura 2023 con 23 puntos, mientras que Chivas se quedó en la quinta posición con 21 unidades.

Al final del juego, el árbitro Marco Antonio Ortiz expulsó a Víctor “Pocho” Guzmán de Chivas, con lo que se perderá el Clásico Tapatió ante Atlas.