Pese a que tradicionalmente los jefes de Estado participan en la inauguración del Mundial e incluso dan la primera patada al balón, la presidenta Claudia Sheinbaum indicó que su decisión de no acudir a esa ceremonia en el Estadio Azteca fue tomada desde hace meses y que optó por regalar su boleto a una niña sin recursos, seguidora del futbol, bajo el argumento de que este gesto podría abrir oportunidades y generar una experiencia significativa.

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Indicó que el gesto buscó colocar en el centro a quienes carecen de acceso a un acontecimiento de este tamaño, y reiteró que su gobierno mantuvo este criterio desde que comenzó la planeación del Mundial 2026 que México compartirá con Estados Unidos y Canadá.

Agregó que el Ejecutivo federal desconoce hasta ahora qué jefes de Estado estarán presentes en la ceremonia de apertura, incluida la eventual asistencia del presidente estadounidense Donald Trump y del primer ministro canadiense, Mark Carney.

Precisó que tampoco se cuenta con detalles sobre el formato de la recepción oficial que se coordinará con la FIFA y con las autoridades del Estadio Azteca en caso de que mandatarios extranjeros viajen a México para la inauguración.

Ante la duda sobre los invitados internacionales, dijo, el gobierno mexicano mantendrá los protocolos de visita de alto nivel y definirá más adelante el trato ceremonial que corresponderá a cada jefe de Estado.

“Bueno, esa fue la decisión, todavía no sabemos si van a venir, quiénes van a venir y ya también el trato que le daríamos, por supuesto, de jefes de Estado, si es que van a visitar nuestros países, pero todavía es temprano para poder saber qué jefes de Estado vendrían y qué recepción les haríamos”, comentó.

Los detalles logísticos sobre el acompañamiento de la menor se discutirán con la FIFA y con el Estadio Azteca, puesto que falta definir quién la acompañará, cómo ingresará y cuál será el formato de entrega del boleto.