Ante el despliegue de barcos de Estados Unidos en el mar Caribe con destino a Venezuela, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reafirmó la postura histórica de nuestro país en materia de política exterior: respeto a la autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la solución pacífica de controversias, principios establecidos en la Constitución.

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Durante su conferencia matutina, la mandataria fue cuestionada sobre los movimientos militares norteamericanos en aguas internacionales. Su respuesta fue contundente:

“No al intervencionismo. Eso no solamente es una convicción, sino que está en la Constitución mexicana”.

De acuerdo con agencias internacionales, tres destructores estadounidenses equipados con el sistema Aegis —tecnología de defensa diseñada para rastrear múltiples objetivos y neutralizar amenazas aéreas o marítimas— se dirigen hacia las costas venezolanas. El operativo incluiría cerca de 4,000 marines, aviones de vigilancia P-8 Poseidón, varios buques de guerra adicionales y al menos un submarino de ataque.

Según Washington, el despliegue forma parte de una estrategia militar contra organizaciones del narcotráfico en América Latina. Sin embargo, este movimiento también coincide con la orden del presidente Donald Trump, emitida el pasado 8 de agosto, para emplear a las Fuerzas Armadas en el combate a cárteles extranjeros, así como con el anuncio del aumento de la recompensa por la captura del mandatario venezolano Nicolás Maduro, que ascendió a 50 millones de dólares.

Sheinbaum recordó que la política exterior mexicana se sustenta en principios normativos como la igualdad jurídica de los Estados, la cooperación internacional para el desarrollo, el respeto, protección y promoción de los derechos humanos, y la lucha por la paz y la seguridad internacionales.

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“Nuestra posición siempre será la autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la solución pacífica de controversias”, subrayó la presidenta.

Este pronunciamiento se da en un contexto en el que la administración de Trump busca intensificar su ofensiva contra el tráfico de fentanilo en Estados Unidos, droga que, según sus acusaciones, es producida principalmente por cárteles mexicanos con precursores químicos provenientes de China.