Sheinbaum, rehén de sus aliados

Entre desafíos internos y cesiones forzadas, Sheinbaum muestra debilidad ante sus supuestos aliados, que imponen agendas propias socavando su autoridad



Claudia Sheinbaum ganó más votos que cualquier otro presidente en la historia. Presume de encuestas que dicen que ocho de cada diez mexicanos la respaldan, pero la realidad dice otra historia. Su liderazgo no tiene la misma fuerza que López Obrador al interior de su propio movimiento.

A Sheinbaum la han desafiado, ignorado y obligado a ceder. Primero, Ignacio Mier anunciando que la reforma judicial sería la primera en aprobarse en el último mes de López Obrador como mandatario, como si no existiera Presidenta Electa.

Luego, a finales de 2024, Monreal y Adán Augusto en guerra abierta, acusándose mutuamente de corrupción, mientras la reforma de vivienda quedaba atorada en el Congreso. Después, en este 2025, el Partido Verde imponiendo su propio calendario en la reforma contra el nepotismo, modificando la propuesta de Sheinbaum sin necesidad de preguntarle.

El episodio más simbólico ocurrió en el mitin en el Zócalo contra los aranceles de Trump hace unas semanas. Mientras Sheinbaum se dirigía a dar su discurso, fue ignorada por la plana mayor de Morena y del PVEM. El motivo… se tomaban fotos con Andy López Beltrán, el hijo de AMLO, el candidato natural para 2030.

Ahora, el patrón se repite. Sheinbaum retiró su reforma del ISSSTE, una de sus iniciativas más importantes de 2025. Solo bastaron las protestas de la CNTE y la amenaza de un paro de 72 horas para que el gobierno la hiciera a un lado.

¿Y EL PODER?

Si Sheinbaum tuviera el control que tenía AMLO, esto no estaría pasando.

La CNTE no pidió cambios. Impuso su agenda. La versión oficial habla de un “diálogo” y de una supuesta “confusión” sobre el contenido de la reforma. La realidad dice otra historia: la CNTE no dejó margen para negociar. Quería que la reforma desapareciera y lo consiguió.

No es un sindicato mayoritario. Tiene presencia en estados como Michoacán, Guerrero, Chiapas y Oaxaca, pero su peso es mucho menor al del SNTE, que cuenta con más de un millón y medio de afiliados. Aun así, logró lo que ningún otro sector ha conseguido.

Forzó al gobierno a retirar su iniciativa. Consiguió que se congelara la edad de jubilación y que se abrieran foros para redefinir la promoción de los maestros. Ganó condonaciones de deuda en el Fovissste sin necesidad de una reforma.

El magisterio no lo pidió. Se lo exigió. Y el gobierno cedió.

DISCURSOS

La salida de Sheinbaum es vender este retiro como un gesto de apertura. La Presidenta insiste en que su gobierno no es autoritario, que escucha a los trabajadores y que no tomará decisiones sin su aval. La declaración suena bien, pero el contexto la contradice.

Si la intención era construir un acuerdo con los maestros, ¿por qué no se hizo antes de presentar la reforma? ¿Por qué no hubo foros de discusión previos? ¿Por qué el magisterio tuvo que paralizar su actividad para ser escuchado?

Este retiro tiene más de reacción que de convicción. Porque cuando te obligan a recular, no es apertura. Aunque lo llamen de otra forma.

GIRO DE TIMÓN

Y aquí es donde aparece el verdadero problema. Si la CNTE doblegó al gobierno, otros lo intentarán. El Partido Verde ya le impuso condiciones y buscará mayor poder rumbo a 2027. Los aliados de Andy López Beltrán se mueven desde ahora para consolidarlo rumbo a 2030. Morena sigue dividido entre facciones y sigue sin haber claridad sobre qué tanto poder tiene realmente la Presidenta dentro de su propio partido.

Sheinbaum sigue caminando en un campo minado. Y el enemigo no es la oposición. Son quienes dicen ser sus aliados.