Temascalapa, el cementerio nuclear del Estado de México

29, noviembre 2020

Seguramente has escuchado hablar de accidentes nucleares como el de Chernóbil en 1986 o Fukushima, Japón, en 2011. Sin embargo, en México también se han vivido episodios de accidentes nucleares.

El 25 de noviembre de 1977, el Centro Médico de Especialidades de Ciudad Juárez, Chihuahua, adquirió -de la compañía X-RayEquipment- una unidad de teleterapia con una fuente radioactiva de cobalto 60 (60Co), un isotopo radioactivo tan peligroso que puede ocasionar ceguera, esterilidad, mutaciones, cáncer y, finalmente, la muerte.

El día 6 de diciembre de 1983, empleados de mantenimiento del hospital desmontaron la máquina con la fuente de 60Co con la intención de venderla como chatarra, ignorando su peligrosidad.

La fuente de 60Co fue llevada al depósito de chatarra, en el llamado Yonke Fénix, y ahí fue vendida. Para 1984, éstase usó para la fabricación de productos de acero por parte de la empresa Aceros de Chihuahua. Los productos derivados de la fuente radioactiva se exportaron como varilla y otros materiales para construcción en al menos 16 estados de la República Mexicana y parte de los Estados Unidos. Se estima que se fabricaron más de 6 mil 500 toneladas de varilla, la cual se contaminó con el material radioactivo de 60Co

Luego de que el material radioactivo se distribuyera en México y en el sur de los Estados Unidos, autoridades estadounidenses detectaron las varillas contaminadas y comenzaron una investigación, esto derivó en que al menos 800 construcciones fueran demolidas debido a la presencia de radiación.

Según un informe de la Comisión Nacional de Seguridad y Salvaguarda (CNSNS) 4 mil personas estuvieron expuestas a la radiación por 60Co; sin embargo, millones de personas pudieron estar expuestas a la contaminación radioactiva tanto en México como en los Estados Unidos y, a pesar de eso, nunca se realizó un registro de los daños a largo plazo.

Se estima que al menos mil toneladas de varilla se perdieron, otros cientos más fueron llevadas a diversas partes del país mexicano, particularmente en 3 sitios: en el desierto de Samalayuca en Chihuahua, en Mexicali y en la zona nororiente del estado de México, precisamente a unos 70 kilómetros de la Ciudad de México, en el kilómetro 18 y medio de la carretera Tizayuca-Otumba, en el complejo conocido como el Centro de Almacenamiento de Desechos Radioactivos (CADER) en el municipio de Temascalapa.

Temascalapa alberga más de 30 mil habitantes y, desde 1970,es sede del Centro de Almacenamiento de Desechos Radioactivos (CADER) conocido por los pobladores como el cementerio nuclear.

El CADER es un complejo de más de 16 hectáreas en el que según los pobladores y activistas se almacenan alrededor de 96 toneladas de varilla contaminada de 60Co. Los pobladores de Temascalapa, así como los de zonas aledañas, han luchado por cerrar este lugar, pues han visto qué casos de enfermedades como el cáncer son cada vez más comunes en niños y personas adultas.

En 1998, un informe del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) desarrolló un estudio del Centro de Almacenamiento de Desechos Radioactivos (CADER) de Temascalapa, dicho informe dictaminó a través de la Comisión Federal de Electricidad que el sitio donde se encuentra el CADER, no es idóneo para el almacenamiento definitivo de desechos radioactivos, además advierte que el desarrollo urbano alcanzaría el sitio en el futuro. Hacia 1999, la Cámara de Diputados dio algunas recomendaciones, entre las que destacan, un periodo de al menos 7 años para trasladar los desechos a un sitio más seguro, indemnizar a las familias afectadas por el Centro de Almacenamiento de Desechos Radioactivos (CADER), recomendaciones que hasta la fecha no han sido cumplidas.

De acuerdo con relatos contados por los pobladores, la instalación del Centro de Almacenamiento de Desechos Radioactivos (CADER) estuvo llena de anomalía, violencia y represión, además advierten que uno de los más grandes riesgos que se presenta en el CADER de Temascalapa es su ubicación, pues se encuentra justo encima de uno de los mantos acuíferos más grandes e importantes de la zona metropolitana del Valle de México, este es el acuífero Cuautitlán-Pachuca que abastece de agua a la zona norte del estado de México y parte de Hidalgo. Este peligro se multiplica, ya que durante los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto la zona norte del estado de México tuvo un crecimiento poblacional desmedido, algo conocido como urbanización salvaje, es decir, millones de personas adquirieron casas a través de créditos hipotecarios en un acuerdo entre constructoras y el gobierno mexicano, que ha puesto en riesgo a más de 20 millones de personas que ahora viven a unos kilómetros del CADER sin siquiera saberlo.

Después de 50 años, el CADER, mejor conocido como el cementerio nuclear, sigue operando, esto a pesar del peligro ambiental, de salud, y el cúmulo de conflictos sociales que ha tenido a través de su historia.