En un movimiento que busca equilibrar las políticas comerciales y el impulso a la industria nacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este martes órdenes ejecutivas para moderar los aranceles del 25% impuestos a la importación de automóviles y autopartes. Esta decisión, anunciada por la Casa Blanca, representa un alivio para los fabricantes, quienes habían advertido sobre el impacto negativo de los aranceles en los precios y la competitividad.
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Trump describió la medida como un “puente” para que los fabricantes de automóviles trasladen más producción a Estados Unidos. “Solo queríamos ayudarlos durante esta pequeña transición, a corto plazo”, declaró a los periodistas. “No queríamos penalizarlos”.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, destacó que el objetivo es fomentar la creación de empleos en la manufactura nacional. “El presidente Trump ha tenido reuniones con productores de automóviles tanto nacionales como extranjeros, y está comprometido a traer de vuelta la producción de automóviles a Estados Unidos”, afirmó Bessent. “Así que queremos dar a los fabricantes de automóviles un camino para hacerlo, de manera rápida, eficiente y creando tantos empleos como sea posible”.
El gobierno estadounidense ofrecerá a los fabricantes que terminen sus vehículos en territorio nacional un reembolso del 15% este año, compensando así el costo de los aranceles. Este reembolso se reducirá al 10% el segundo año, dando a las automotrices tiempo para trasladar a Estados Unidos la producción de piezas actualmente fabricadas en el extranjero.
Este beneficio estará disponible tanto para empresas nacionales como extranjeras con plantas de producción en Estados Unidos. Un alto funcionario del Departamento de Comercio señaló que los fabricantes le comunicaron a Trump que el tiempo adicional les permitiría acelerar la construcción de nuevas fábricas y ajustar sus cadenas de suministro. Se espera que las automotrices anuncien el próximo mes la creación de nuevos turnos de trabajo, contrataciones y planes para nuevas instalaciones.
Los fabricantes de automóviles reaccionaron positivamente a la medida. John Elkann, presidente de Stellantis, expresó su agradecimiento por el alivio arancelario, mientras que Mary Barra, CEO de General Motors, destacó el apoyo de Trump a la industria y su disposición a trabajar con la administración. Jim Farley, presidente y director general de Ford, enfatizó el compromiso de su empresa con la fabricación nacional y llamó a los importadores a igualar su nivel de producción en Estados Unidos.
Esta decisión de Trump representa un intento de equilibrar las políticas comerciales con el impulso a la industria nacional, buscando atraer inversiones y generar empleos en el sector automotriz estadounidense.

Foto: EFE 


