Señal: multipolaridad global Tendencia: punto de inflexión
En los últimos meses, la administración Trump ha enviado señales claras de que está redefiniendo su estrategia global de seguridad. Este cambio responde a un posicionamiento que puede resumirse en la pregunta: ¿por qué Estados Unidos debería ser el que paga por la seguridad del mundo? En su visión, los aliados de EEUU deben asumir un mayor costo en defensa y seguridad, mientras Washington se enfoca en intereses estratégicos que le generen un retorno tangible.
Este reajuste, sin embargo, no ocurre en el vacío. Estamos presenciando el auge de un mundo multipolar, donde potencias como China, Rusia y la Unión Europea están asumiendo un papel más influyente en la geopolítica global. Analizo a continuación las primeras señales de esta reconfiguración impulsada por Trump en cuatro geografías.
Europa: ‘si no pagan, nos vamos’
Durante décadas, EEUU ha sido el pilar de la seguridad en Europa, promoviendo la expansión de la OTAN y el apoyo a Ucrania frente a Rusia. Sin embargo, en las últimas semanas, Washington ha comenzado a dar señales de un posible repliegue.
El reciente desencuentro con Zelenski, en la Casa Blanca, por negarse a aceptar términos de negociación agresivos parece ser el preludio de un posible alineamiento con Rusia mediante concesiones territoriales en Ucrania a cambio de una reducción en el conflicto.
Todo apunta a que EEUU está dispuesto a aceptar una mayor influencia rusa en Europa del Este y, en este contexto, la Unión Europea se enfrenta al reto de asumir un rol más activo en su propia seguridad, para consolidarse como un actor estratégico dentro del orden multipolar.
Asia Pacífico: ‘sin comentarios sobre Taiwán’
En el Pacífico, la situación no es diferente. Trump ha reforzado la llamada “ambigüedad estratégica” con respecto a Taiwán, dejando en el aire el nivel de compromiso estadounidense en caso de un ataque chino. La reciente incertidumbre en el apoyo a Ucrania ha despertado dudas en Taiwán, donde el gobierno teme que Washington tome un camino similar si Pekín decide actuar militarmente.
EEUU podría estar dejando espacio a una mayor influencia china en la región. En este escenario, Japón, India y Australia han comenzado a fortalecer sus capacidades militares y diplomáticas, conscientes de que en un mundo multipolar su seguridad ya no puede depender exclusivamente de Washington.
Medio Oriente: ‘el petróleo debe seguir fluyendo’
A diferencia de Europa del Este y el Pacífico, EEUU sigue apostando por mantener su influencia en Medio Oriente. La región continúa siendo un foco de interés geopolítico y económico para Washington. Su administración ha promovido una narrativa en la que el control económico y la estabilidad son prioritarios, como evidencia la propuesta de reconstrucción de Gaza con inversiones estadounidenses. Mientras tanto, actores como Israel, Turquía, Irán y las monarquías del Golfo han aprovechado este escenario para aumentar su influencia en la región.
Latinoamérica: ‘si no pueden, lo arreglamos nosotros’
Mientras se reconfiguran las alianzas en otras regiones, América Latina se ha convertido en un nuevo foco de atención para EEUU. La administración Trump ha incrementado su presión sobre México y ha mostrado una política más intervencionista en la región. Su gobierno ha acusado a la administración mexicana de tener vínculos con el crimen organizado y ha designado a los cárteles como organizaciones terroristas, abriendo la puerta a posibles intervenciones militares unilaterales. En un mundo multipolar, América Latina no solo debe lidiar con la presión de EEUU, sino también con el avance de China en inversiones estratégicas.
En conclusión, Estados Unidos no solo se está retirando del mundo, sino redistribuyendo su poder en un contexto de multipolaridad en ascenso. Está dejando espacio a Rusia en Europa del Este y a China en el Pacífico, mientras mantiene su dominio en Medio Oriente e intensifica su influencia en América Latina. La gran pregunta es: ¿será capaz de redefinir su liderazgo en este nuevo orden, o el mundo quedará atrapado en una transición geopolítica de alto riesgo para la seguridad global?
Guillermo Ortega Rancé
@ortegarance