19, día a ACIAGO

21, septiembre 2022

CUCHILLITO DE PALO

Catalina Noriega

En todos sentidos. Se llevó a cabo el funeral de la Reina Isabel II y conmemoramos el aniversario del par de terremotos destructivos, amén de que ¡nos volvió a temblar! Una fecha que quedará impresa en la memoria del mundo entero -al tratarse del fallecimiento de la monarca que tuvo el reinado más largo de la historia- y que, a los mexicanos nos trae recuerdos amargos de una herida abierta. 

Abierta, puesto que, a pesar del paso de 7 años -y qué decir del 85- cientos de familias todavía sufren la pérdida de sus hogares, sin que, gobierno alguno les haya resuelto la tragedia. Como siempre, promesas y promesas sin resultados. 

Se nombra a “encargados de la reconstrucción”, a los que, a la corta o a la larga se despide por su incompetencia, o sus rateriadas. Funcionaretes, especialistas en la demagogia y el rollo, que juran y perjuran que resolverán el problema de conseguir una nueva vivienda, con rapidez.

El conflicto se adereza con los pleitos entre vecinos, sobre todo cuando la construcción se puede arreglar, por la elección de quien será el encargado de renovarla y, sobre todo, el costo. Las autoridades de la CDMX les ofrecen asesoría y, en algunos casos, cooperación económica, la que pocas veces se da.

De la depresión y las secuelas psicológicas, de quienes estuvieron enterrados en las construcciones que se vinieron abajo o de los que sufrieron la pérdida de un familiar, un amigo, ni qué decir. La incertidumbre se vuelve parte de la vida diaria y recuperar el equilibrio mental toma largo tiempo y un tratamiento. 

Ni se puede saber cuándo ocurrirán ni sus efectos devastadores, su potencia, un fenómeno de la naturaleza incontrolable para el ser humano. Y vivimos en una zona sísmica y no podemos escaparnos de ellos. Sin una solución al alcance de la mano, lo mejor es adherirse a las normas de protección civil y ponerlas en práctica. 

A los británicos les tocó contemplar el fin del reinado de una mujer ejemplar en el papel que le tocó vivir. Isabel II sobresaldrá siempre, por sus enormes cualidades que la llevaron a la consolidación del Reino Unido y de la ancestral institución que, ahora, gracias a su ejemplo, hace la transición a su hijo Carlos, sin sobresaltos. 

Para los latinoamericanos casi imposible de entender. Hablar de personas que, sin el menor esfuerzo -salvo la suerte de nacer en esa cuna- acceden a una vida de Poder, dinero y todo tipo de privilegios es incomprensible. La fastuosidad, el ceremonial y todo lo que rodea a quienes parecen salidos de un cuento de hadas, deja perplejos a quienes no sólo rechazan este tipo de gobierno, sino que lo ven como algo obsoleto y condenado a desaparecer. 

A los ingleses les ha funcionado durante siglos y no parecen urgidos de cambio. Quien lleva las riendas del gobierno es el primer ministro y el monarca sólo es una especie de faro que ilumina la marcha nacional. Aconseja, obtiene grandes beneficios para el país en razón de sus relaciones con otras naciones, “viste” la escena pública con su encanto y su personalidad, sin interferir en las decisiones del parlamento y el ministro, ni opinar públicamente en cuestiones de política. 

Isabel II se distinguió por su prudencia y, aunque le tocó pasar por momentos duros y amargos -en particular con las decisiones de sus hijos., logró salir avante. Día triste y señaladamente trágico para aquellos que sufrimos un nuevo temblor, cuestión que ya parece de tomadura de pelo. 

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