Foto: Roberto Hernández/El Sol de México La salida de Alejandro Gertz Manero al frente de la Fiscalía General de la República no obedece a molestias por su desempeño ni a inconformidades internas, afirmó Adán Augusto López Hernández, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado.
Explicó que el trámite se resolvió con prontitud porque el exfiscal manifestó interés en un ofrecimiento diplomático y era necesario activar el procedimiento constitucional. Rechazó haber operado su salida, afirmó que mantiene una buena relación con él, “fuimos diputados”, subrayó, y reiteró que el relevo no está vinculado con indagatorias ni presiones políticas.
Desde la oposición, las críticas fueron directas. La senadora Claudia Edith Anaya Mota, del Partido Revolucionario Institucional, afirmó que la decisión no era urgente y que la comunicación del exfiscal ni siquiera constituía una renuncia formal. Señaló que el Senado había permanecido “como rehén” de Gertz mientras resolvía su futuro y lo calificó como “un zorro” que, dijo, se va “pintándole un dedo a Morena”, donde “todo es negociable”.
Por el Partido Acción Nacional, el senador Raimundo Bolaños Azúcar sostuvo que no se configuró una causa grave y que la salida no encuadra en las hipótesis legales previstas. Señaló que el exfiscal no presentó una renuncia en términos formales y que no existe justificación suficiente para activar el proceso de sucesión.
En representación de Movimiento Ciudadano, el senador Clemente Castañeda reiteró que aspirar a un cargo diplomático no constituye causa grave y que el Senado carecía de elementos objetivos para sostener la calificación. Recordó que la ley exige razones extraordinarias, verificables y no derivadas de decisiones personales.
En contraste, Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México respaldaron la procedencia del trámite al considerar válida la manifestación de voluntad del exfiscal para dejar el cargo y señalar que la sucesión garantiza continuidad operativa e institucional.
