En un contexto marcado por el rápido envejecimiento demográfico del país, integrar a los adultos mayores en la vida social y cultural se perfila como una urgencia inaplazable. Según datos oficiales del Consejo Nacional de Población (Conapo), en 2024 había en México más de 16.5 millones de personas de 60 años o más —equivalentes aproximadamente al 12.4 % de la población total—, cifra que seguirá en aumento en las próximas décadas.
Para Nesim Issa Tafich, empresario lagunero y representante de una nueva generación en el sector empresarial al norte del país, esta inclusión debe verse como una medida de justicia social que fortalece el tejido comunitario.
“Las sociedades más sanas son aquellas que arropan a los adultos mayores y sectores vulnerables, le dan un valor real y un espacio seguro en la vida cotidiana. El conocimiento, la memoria y la resiliencia que poseen son un patrimonio colectivo que podemos aprovechar”, reflexionó Nesim Issa Tafich, al subrayar que los retos demográficos deben enfrentarse con estrategias transversales que vinculen a la iniciativa privada, las instituciones educativas y la comunidad.
México se encuentra en un proceso acelerado de envejecimiento. De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO), se estima que para 2050, el 25% de la población tendrá 60 años o más. Este cambio estructural exige nuevas formas de integración social, donde las empresas pueden desempeñar un papel clave. En regiones como la Comarca Lagunera, donde el sentido de comunidad ha sido históricamente una fuerza cohesionadora, esta realidad presenta tanto desafíos como oportunidades.
Desde Grupo SIMSA, Nesim Issa Tafich ha promovido programas que buscan no solo atender las necesidades inmediatas de las personas mayores, sino también reconocer su rol activo dentro de los entornos locales. En este sentido, el consorcio corporativo ha colaborado con asociaciones civiles y centros en iniciativas culturales y deportivas que promueven y fomentan la cohesión social, así como la divulgación de identidad comunitaria. En su visión, Nesim Issa Tafich ha propuesto que las políticas empresariales deben dejar de centrarse exclusivamente en la juventud como único motor de cambio, para reconocer que el desarrollo sostenible exige vínculos intergeneracionales y estructuras más incluyentes.
Actualmente, pocos sectores han asumido este desafío con la seriedad que requiere. Un estudio del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) reveló que solo el 22% de las empresas en México contempla prácticas de inclusión para este grupo etario. Esto se traduce en una forma de exclusión estructural que agrava otros factores de vulnerabilidad como la soledad, la precariedad económica y la pérdida de propósito vital tras la jubilación.




