PATRICIA RAMÍREZ

Foto: Cuartoscuro

Ante el aumento en la actividad del volcán Popocatépetl, el Centro Nacional para la Prevención de Desastres Naturales (Cenapred) de la UNAM advirtió que los ciudadanos deben protegerse ante el aumento en la caída de ceniza, por los efectos que puede tener para la salud.

Los especialistas subrayaron que las cenizas son partículas producidas por la fragmentación de las rocas durante las erupciones y tienen un tamaño menor a 2 milímetros. Sus efectos pueden pasar inadvertidos y durar por mucho tiempo, incluso después de que la erupción haya terminado.

La exposición constante a las cenizas, advirtieron, pueden generar afectaciones a la salud, especialmente pueden generar daños en los ojos, el sistema respiratorio y el sistema digestivo.

Cuando las personas se exponen por largos plazos a estas cenizas, como en las comunidades aledañas al volcán, o cuando las emisiones aumentan de manera importante, puede haber irritación aguda de ojos, conjuntivitis irritativa o incluso abrasiones a la córnea, por lo que se tiene que proteger los ojos con lentes o gogles y evitar los pupilentes.

En las vías respiratorias, ante la respiración de las cenizas existe un potencial de desarrollar enfermedades obstructivas, formas severas de agotamiento Respiratorio e hipersecreción de moco.

Además, las partículas menores a 4 micras se alojan en los alvéolos de los pulmones, el cuerpo encapsula las partículas como mecanismo de defensa del pulmón y se forma una cicatriz que causa inflamación y reduce la capacidad de respiración.

Por ello, recomendaron a la población más cercana permanecer lo más posible en sus casas y sellar puertas y ventanas para evitar el ingreso de las cenizas, lo cual puede hacerse con tela mojada debajo de la puerta y en las rendijas de las ventanas.

Asimismo, el uso de cubrebocas, preferentemente los de mayor calidad y que puedan filtrar las partículas más pequeñas, para mayor protección.

Por lo que se refiere a la caída de ceniza se recomienda cubrir los depósitos de agua y los alimentos, tanto el de animales de corral como los de consumo humano, pues la ingesta de estas cenizas puede generar trastornos gastrointestinales.

Hicieron hincapié en la necesidad de barrer la ceniza que se deposita en los techos, para evitar daños a las estructuras, y no tirarlas al drenaje, porque con la lluvia o el agua se endurece y puede generar daños severos en el drenaje, por lo que solicitan depositarlas en bolsas de plástico.

El Cenapred señaló que a lo largo de 20 años algunas poblaciones del Estado de México, Puebla, Morelos y Tlaxcala han estado expuestas a la caída de ceniza, lo que implica una población de 4.5 millones de personas.