Landau, del “arte culinario” a espía La presidenta Claudia Sheinbaum celebró que el presidente Donald Trump haya designado a Christopher Landau subsecretario de Estado. Como embajador de Estados Unidos en México “hizo un buen trabajo… conoce muy bien nuestro país”, afirmó.
Trump declaró que Landau “trabajará para promover la seguridad y la prosperidad de nuestra nación a través de una política exterior que dé prioridad a Estados Unidos”. Recordó también que, como embajador en México, “trabajó incansablemente con nuestro equipo para reducir la migración ilegal a los niveles más bajos de la historia”.
Hasta aquí, cualquiera podría preguntar ¿por qué la Presidenta de México festeja el nombramiento si lo más probable es que el designado vaya a blandir el garrote en contra de nuestros conacionales?
Efectivamente, Landau trabajó como embajador en México dos años, del 2019 al 2021, periodo en el cual dejó huella en los corazones mexicanos por dos cosas: una, por su arte culinario; dos, por sus habilidades como espía.
En octubre del 2020 nos referimos al señor Landau de la siguiente manera: Ahora ya sabemos que sus paseos en las trajineras de Xochimilco, sus visitas a Oaxaca y a la Feria del Mole, en San Pedro Atocpan para saborear las delicias culinarias; a San Juan Chamula, ataviado con la vestimenta tradicional; a San Miguel Allende, Real del Catorce, Pirámides de Teotihuacán y a varios pueblos mágicos del país que ha realizado el embajador de Estados Unidos en México, no han sido meras actividades diplomáticas para promover el comercio, las inversiones, el arte, la cultura entre los dos países, sino trucos sucios de espionaje, violando las leyes e instituciones mexicanas.
Y qué mejor prueba de lo anterior, agregábamos, que la participación de Landau, como informante en la investigación de las agencias estadunidenses sobre supuestas actividades en narcotráfico y lavado de dinero, del ex secretario de la Defensa, Rafael Cienfuegos.
Landau precisó sobre este penoso asunto: “Estaba al tanto de la acusación contra Cienfuegos… me enteré el primer día (agosto de 2019) que llegué a México como embajador”, reconoció “Cristóbal”.
Y con una buena dosis de cinismo afirmó que se quedó perplejo cuando supo los detalles. ¡Oh my God! Exclamó. “Esta es una bomba de tiempo que está haciendo tic-toc. Pero no podía ni siquiera discutirlo con mi agregado militar en la embajada porque era información de un Gran Jurado”.
No contento con el engaño y las mentiras, Landau arremetió contra el ingenuo canciller Marcelo Ebrard y a la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, encargada de velar por la seguridad nacional, al decir: “Es muy difícil que los mexicanos confíen en nosotros cuando no saben lo que está sucediendo, con qué información contamos. Y es muy difícil para nosotros si no sabemos, en qué grado compartir esta información con nuestros colegas mexicanos”. ¡Sinvergüenza! Le gritó el respetable.
Ebrard, afirmó al respecto: “Le hemos hecho saber a Estados Unidos nuestro profundo descontento con que no se haya compartido información con México sobre la detención del ex secretario de la Defensa Nacional”. ¿Nada más descontento señor secretario? ¿Ni siquiera una notita diplomática enérgica? Le reclamaron.
Para quienes lo hayan olvidado, el general Cienfuegos fue liberado libre de todo cargo y la relación con nuestros vecinos quedó en santa paz.
Así está la cosa con “Cristóbal”. Pues.