La renuncia de Alejandro Gertz Manero a la Fiscalía General de la República (FGR) se concretó este jueves, dos años antes de que terminara su mandato legal. Aunque oficialmente su salida se presentó como voluntaria, diversas fuentes señalan que la verdadera causa fue el deterioro de su relación con la presidenta Claudia Sheinbaum y con el Gabinete de Seguridad en las últimas semanas.
Tras una negociación prolongada, el fiscal de 86 años entregó su dimisión por la tarde, luego de horas de especulaciones. En su carta, agradeció a Sheinbaum por haberle ofrecido una embajada “en un país amigo”, cargo que, según expresó, le permitirá seguir sirviendo a México desde otra trinchera.

Las tensiones que llevaron a su caída
Fuentes involucradas en las conversaciones aseguran que el distanciamiento entre Gertz y la presidenta se volvió insostenible. Aunque llegó al puesto respaldado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, en los últimos meses perdió el apoyo político necesario para sostener su permanencia al frente de la FGR.
La ruptura se da en medio de cuestionamientos a su gestión: una Fiscalía marcada por transformaciones internas y por una capacidad limitada para llevar a juicio casos de corrupción de sexenios anteriores. A ello se suman los señalamientos recurrentes sobre su edad y su estado de salud, rumores que siempre quedaron sin confirmar.
El cierre de una era
La salida del fiscal es, además, el fin de una etapa iniciada durante el gobierno de López Obrador. Gertz era uno de los últimos funcionarios de alto perfil que se mantenía en el poder desde ese periodo. Ahora, solo Rosa Icela Rodríguez —secretaria de Gobernación— permanece como figura sobreviviente de aquel círculo político.
Con su renuncia, el fiscal especializado de Control Competencial asumirá el mando de manera interina, mientras el Senado y la presidenta eligen a su sustituto. Esta transición abre la puerta a un rediseño del aparato federal de seguridad impulsado por Sheinbaum, quien en estos meses colocó a perfiles cercanos, como César Oliveros, en posiciones clave de la FGR.

Alejandro Gertz Manero. Foto: Cuartoscuro 


