El año que está por concluir ha sido muy duro no sólo para la tauromaquia como actividad gremial. También ha pegado fuerte a muchos miembros de la familia taurina en lo personal.
El próximo año será mejor para todos, de eso no cabe duda. Por lo pronto, hoy dejaremos de lado temas ríspi dos como la asamblea que llevó a cabo la Unión Mexica na de Picadores y Banderilleros, que cambió mesa direc tiva, pero que mantuvo bajo absoluta discreción mediática; tampoco tocaremos el tema de la naciente Asociación Nacional de Subalternos, que cuenta con el impulso de Pedro Haces Barba, empresario y hombre fuerte de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (Catem).
En estas líneas tocaremos el tema de las empresas que a lo largo del año han echado ‘pa ‘lante‘ en medio de la dura crisis, que atraviesa la fiesta brava que ha sido siempre un reflejo de la actualidad social.
De las empresas serias que cubren lo acordado con los participantes y que le dan a los toreros el trato que per se deberían de recibir de todos los organizadores, porque hay que señalar que hay algunas promotoras que incumplen o que ven en los hombres de luces más a un ‘obrero’ de los ruedos, que a un artista que se juega la vida.
Montar una corrida de postín cuesta mucho dinero. Si se trata de una feria o un serial de ‘alta gama‘ evidente mente el costo se multiplica.
Aún así, a lo largo del año en distintos frentes, hubo seriales en los que se anunció a la ‘crema y nata’ de la torería nacional y extranjera; para comenzar el año no será la excepción y ya se hicieron públicas muchas combinaciones de postín en diversos frentes.
Es gracias al impulso de estas empresas, de las serias, que se reactiva la economía local y de alguna u otra manera se generan fuentes de empleo directas e indirectas.
No sólo es la venta de productos y servicios al interior de una plaza de toros con todo lo que eso conlleva. Son hoteles, transportes, restaurantes, medios de comunicación y muchos otros rubros más los que se ven beneficia dos con lo que acontece alrededor del toro bravo.
Quienes conocen los entresijos de la fiesta brava sa ben que no es fácil montar una corrida de toros. Mientras más importante es la plaza, más complicada resulta la contratación de toreros y ganaderías.
No suele ser ajeno a las grandes empresas aquellas situaciones incómodas en las que determinado torero se niega a lidiar ‘tal o cual ganadería’ o ‘alternar con deter minado torero’. No es fácil tampoco porque hay toreros se dejan pedir mucho dinero de honorarios, cuando no ge neran grandes entradas.
Pese a todas las vicisitudes que los empresarios taurinos deben sortear para alcanzar el éxito en ‘todos los de partamentos’ hay quienes siguen arriesgando el dinero para mantener viva esta tradición, que algunos políticos oportunistas carentes de ideas de mayor trascendencia para la vida nacional quieren prohibir y que se hacen de la ‘vista gorda’ con problemas de verdadera trascenden cia como los altos niveles de violencia que hay en el país dominado por el narcotráfico. Ni mencionar al patético PVEM, que de no ser un partido rémora habría desapare cido hace muchos años.
Para finalizar, la pregunta de la semana: ¿Qué apoderado destapó el frasco de las esencias para recibir los máximos trofeos durante un emocionante festival celebrado en el bonito Altiplano mexicano?
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