Alto al tráfico del Fentanilo

11, abril 2023

ALEJANDRO ARMENTA

En los últimos meses, el tema de fentanilo ha puesto en alerta al gobierno federal quien ha intensificado su campaña de prevención contra el consumo de esa sustancia, principalmente en jóvenes, dado el bajo costo en el que se adquiere y cuyo efecto es más potente que la heroína y la morfina.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Contra las Adicciones, la cifra de personas que acuden a tratamiento refiriendo al fentanilo como una droga de impacto, ha ido en crecimiento en los 3 últimos al pasar de 10 a 184 personas que piden apoyo por la adicción a dicho opioide, es decir 18 veces más de 2018 a 2021.

El fentanilo es considerado un opioide sintético que, en términos médicos, se ocupa para disminuir el dolor intenso, especialmente después de ser intervenido quirúrgicamente y para atender las etapas avanzadas del cáncer; sin embargo, esta sustancia está siendo fabricada ilícitamente para ser consumida como una droga que le ordena al cerebro que bloquee el dolor y provoque una sensación de tranquilidad, euforia y felicidad.

La distribución del fentanilo es una realidad que no se debe negar ante su creciente consumo como una droga de las más baratas, adictivas, peligrosas y potentes principalmente en la frontera mexicana con los Estados Unidos, principalmente en entidades como Baja California, Sonora y Chihuahua, de acuerdo a datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, en la cual ese opioide hizo su aparición en las estadísticas de atención desde hace una década por lo menos.

Aunque la cifra puede ser menor, lo cierto es que los 122 casos de uso de fentanilo que demandaron tratamiento en 2020 en centros público, privados y organizaciones civiles, implica el riesgo de propagación de consumo principalmente en personas promedio de 25 años según la encuesta mencionada.

Sin embargo, es importante reparar que en ese universo, el 8.26 % de los que se atendieron fueron menores de edad, entre 11 y 17 años, por lo que la prevención sigue siendo el enfoque de atención para frenar la distribución del fentanilo en nuestro país.

Desde el Senado de la República, nos hemos pronunciado por un llamado enérgico al gobierno de los Estados Unidos y de los países asiáticos para hacer un frente común de combate a favor de la salud de nuestra juventud; esto pese a los agravios verbales del congresista Lindsey Graham quien insiste en señalar a nuestro país como distribuidor del fentanilo, cuando de acuerdo con la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) las rutas internacionales del tráfico del opioide tienen como destino final el país norteamericano y, como productor principal a China.

Confiamos en las buenas relaciones diplomáticas con los Embajadores de Estados Unidos y China, Ken Salazar y Zhang Run respectivamente, para atender y coadyuvar en el frente común que debemos hacer los 3 países para detener el tráfico de esa sustancia letal, con esfuerzos coordinados y con respeto a la soberanía de cada nación.