Ana Paula Vázquez, de hundirse por una lesión a clasificarse a París 2024: “Creí en mí y por eso estoy aquí”

Ana Paula Vázquez superó una lesión de hombro, con apoyo familiar y médico, para clasificarse a París 2024, demostrando resiliencia y dedicación.



@CONADE

La sonrisa de Ana Paula Vázquez se asomaba sutilmente en medio de su llanto. Una imagen que refleja esa contrariedad humana como es sentir una profunda tristeza y al mismo tiempo una inmensa felicidad, capaz de compensar cualquier dolor. Hace más de un año, la artemisa mexicana se lesionó el hombro y no tuvo remedio más que la cirugía. El sueño de regresar a unos Juegos Olímpicos se desvanecía de súbito y lloró tanto que, sin darse cuenta, entre el mar de lágrimas una balsa de amor genuino la rescató y llevó de vuelta al sendero rumbo a París 2024.

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Sus padres Laura Olivia Flores y Hugo Vázquez no la soltaron cuando se hundía por ese dolor físico y también del corazón, al ver prácticamente pulverizados sus sueños. Tampoco dejó de sostenerla su novio —y también tirador— Jorge Neváez. Y fue así que gracias a la combinación perfecta entre la ciencia médica y el amor pudo volver a lanzar sus flechas de tal forma que dejó fuera a la leyenda Aída Román para quedarse con el boleto olímpico en el selectivo nacional para conformar el equipo de tiro con arco.

Ya estoy aquí, gracias a Dios se tienen expectativas buenas, tanto en equipo como individual y eso es muy bueno. Que se tengan expectativa altas de uno, quiere decir que estamos haciendo bien el trabajo, por lo que honrando a nuestro trabajo, vamos a dar lo mejor de nosotros en la línea de tiro para poder dar un resultado y disfrutarlo”, dice a los medios Ana Pau con una sonrisa tan cálida que ha borrado cualquier indicio de lágrimas.

Durante tres meses, Ana Pau no pudo mover el brazo, ni mucho menos entrenar. Su tendón supraespinoso, ese que sostiene el músculo del manguito rotador, estaba desprendido del hueso en más del 50%, lesión que calló durante meses hasta que el dolor era insoportable y no le quedó remedio que operarse. De todas esas cenizas que quedaban de su ciclo olímpico, Vázquez las junto una por una hasta reconstruir los cimientos de sus anhelos y regresó más fuerte que nunca.

“Bueno, lo que viví fue una lesión del hombro derecho y cirugía, fueron unos cuántos meses de recuperación y rehabilitación y unos cuántos meses de estar fuera de poder competir, no solamente desde que me operaron sino meses antes de que me operaran tuve que dejar de entrenar y fue rápido, fue algo fuerte y la manera que tuve de resolverlo fue, primero, que no lo resolví sola, no fui yo nada más, fue con un equipo de médicos, de profesionales de Conade y les agradezco por eso, la verdad es que sí es decirles gracias por la cirugía”, recapitula.

La Nacida en Ramos Arizpe, Coahuila, un 5 de octubre pero del año 2000, se perdió los Juegos Centroamericanos de San Salvador 2023 y los Panamericanos de Santiago 2023, lo que la dejó con prácticamente nulas esperanzas para poder clasificarse a la justa veraniega. Pero gracias a su inconmensurable tenacidad y una dedicación casi militar, logró superar esa lesión. Algo que no habría podido conseguir de no ser por su sólido núcleo familiar.

“El principal pilar que tuve fue mi familia y también mi novio, muchos me dicen ‘ay, ¿a poco sí tu novio?’, y la verdad es que sí, el bato… Muchas gracias, mi amor, te rifaste. Ellos me mantuvieron muy a flote porque me estaba hundiendo sola y ellos fueron los que pudieron sacarme, todos, y les agradezco bastante porque si no, yo no estaría aquí. Gracias a ellos pude con los procesos, gracias a ellos tuve paciencia y gracias a ellos creí en mí y que podía hacerlo y creí que podía retomar el sueño para París y por eso estoy aquí”, asegura.

En el selectivo, tras una intensa competencia de cinco días, Ana Paula terminó en tercer lugar, detrás de Ángela Ruiz y por encima de Román, para así unirse a la campeona centroamericana y panamericana Alejandra Valencia en el equipo femenil recurvo. Apenas supo que lo había conseguido, se llevó las manos a la cabeza, aún incrédula ante semejante hazaña. Y desde entonces, no ha parado. Tira, tira y vuelve a tirar con tal de hacer historia junto a sus compañeras en la Esplanada de Los Inválidos.

“Sí, la verdad no voy a mentir, nos llevamos bastante bien. Tanto yo con Ale (Valencia), como con Angie (Ruiz) y Angie con Ale, la verdad es muy fácil este equipo, es fácil de plasmar. Las primeras competencias fueron, ni siquiera difíciles, solo fueron diferentes porque era un equipo nuevo, la verdad es que aunque he tirado en equipo con Ale, nunca he tirado en equipo con Angie pero llevaba años entrenando con Ángela, entonces no fue difícil integrarnos bien, así que el equipo hizo clic; lo más fácil de este equipo y que agradezco muchísimo es que podemos decirnos las cosas, podemos hablar y el apoyo se siente totalmente genuino, entonces son los pros que nos veo”, puntualiza.