André Marín: Un obsesionado de la noticia

Su estilo para trabajar en solitario y la acidez de sus comentarios le generaron muchas animadversiones, pero también lo llevaron a destacar



André Marín falleció este lunes 16 de septiembre. Lamentable la noticia de su muerte. Un hombre cuya dedicación y su obsesión por la noticia lo llevaron a destacar dentro del periodismo deportivo.

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André era un hombre serio, no le agradaba mucho la convivencia en grupo con el resto de los colegas, sin dejar de alguna comunicación con estos, prefería trabajar a distancia y manejarse de una forma individual en busca de la información del día, algo que muchos lo veían mal e incluso lo calificaban de ‘crecido’, de ‘alzado’, pero no era el caso, o tal vez sí, él cumplía su labor y solo él sabía si efectivamente era ‘alzado’ o no, pero simplemente era su estilo para reportear. Y era respetable desde luego, algunas veces le dio buen resultado llevándose la ‘exclusiva’, otras no tanto y la tuvo que ver en otro lado.

Así era Marín, serio y poco comunicativo, poco amigable con la mayoría de los compañeros de los otros medios de información, aunque siempre que se le solicitaba estaba dispuesto a tenderle la mano al que lo requería.

Desde temprana edad mostró habilidades para llegarle a los deportistas, para buscar la nota, para generarla, para competir en pos de sacar la mejor información.

En su larga etapa dentro de Televisión Azteca, como reportero de selección supo alimentar esa competencia que tenían con Televisa, tratando de llevarse la exclusiva y llevando esa lucha hasta ciertos puntos inexplicables, rayando en lo ridículo incluso, como el hecho de que en las giras, para él y para el reportero en turno de la otra cadena televisiva era un desafío estar exactamente detrás del camión que trasladaba al tricolor desde su hotel de concentración hasta los campos de entrenamiento, le generaba un gusto y un placer el poder ir como escolta principal del autobús peleándose ese lugar con el auto de los enviados de Televisa y protagonizando incluso carreras, cerrones y demás con estos. Algo sin sentido… pero que era cuestión de orgullo para ellos.

El ganar la entrevista con el héroe del partido en la cancha apenas tras el silbatazo final del árbitro o con el mismo técnico, siempre era el objetivo que perseguía Marín y muchas veces lo logró y lo presumía a los de la competencia en los programas deportivos que encabezaba el equipo de José Ramón Fernández. Se burlaba de la gente de Chapultepec 18, lo cual lo llevó a tener muchos enfrentamientos, agresiones verbales y hasta cerca estuvo de recibir algún golpe dentro de alguna discusión, pero finalmente y por fortuna no pasó a mayores.

Así era André Marín, serio, distante de los demás reporteros, de comentarios ácidos, quizás alzado y presumido, pero buen tipo, profesional, entregado, dedicado, que supo abrirse camino en el periodismo deportivo y hacerse de un nombre gracias a ellos y a su obsesión por la noticia.

Hoy lamentablemente deja este mundo por una enfermedad y se adelanta en el camino. Descanse en paz André Marín.