Año nuevo con esperanza

7, enero 2024

FELIPE ARIZMENDI ESQUIVEL

Obispo Emérito de SCLC

MIRAR

Sin desconocer los graves problemas del país y del mundo, hay muchísimas personas buenas que alientan nuestra esperanza. ¡No todo está perdido!

Por ejemplo, hay familias de recursos limitados que, con ocasión de Navidad y Año Nuevo, o en días ordinarios, elaboran comida y la regalan en las esquinas de las calles a personas que allí se ganan la vida vendiendo algo. Hacen lo mismo en hospitales, con familiares de enfermos que pasan muchas carencias. Una sobrina mía, cuando uno de sus hijos adolescente cumplió años, lo llevó a regalar comida en algunas esquinas de nuestra ciudad. Esto es muy alentador y educativo. ¡Con estas familias, vamos bien!

Ante los miles de migrantes que pasan entre nosotros, anhelando llegar a los Estados Unidos, hay organizaciones católicas y protestantes, y muchas personas de la sociedad civil, que comparten lo más que pueden con ellos. Es verdad que estamos rebasados, pues ahora son muchísimos; incluso el gobierno está rebasado; pero muchos hacen cuanto pueden por ayudar con comida, agua, albergue, medicinas y atención humanitaria. ¡Estas personas salvan al país!

Con ocasión de las recientes fiestas navideñas, muchísimas familias convivieron, intercambiaron regalos, hicieron alguna oración, participaron en las celebraciones litúrgicas, e incluso invitaron a alguien que no tenía con quien disfrutar estas fechas. Muchos mexicanos que residen en los Estados Unidos regresaron a su comunidad, para compartir con sus familias y afianzar sus raíces. ¡Cuánto valen estas familias!

En las comunidades de mi región, el gobierno ha desplegado soldados y policías en gran cantidad, para preservar la paz social, después de los acontecimientos de Texcapilla, donde los campesinos se defendieron del grupo criminal que los extorsionaba. Han desmantelado instalaciones de sus halcones, jóvenes obligados o contratados que avisan a los criminales que se acerca el ejército, para que se oculten y los militares tengan la impresión de que la región está en paz. No es una solución definitiva, pues necesitan más sistemas de inteligencia para detectarlos y quitarles la fuerza que actualmente tienen, dado el armamento pesado que poseen. ¡Algo se está haciendo para restablecer la paz en la región!

Durante las celebraciones litúrgicas que presidí, muchísima gente participó. Los papás y abuelos llevaron a los niños, y no faltan jóvenes que se comprometen también con su parroquia. ¡Son comunidades parroquiales vivas, que nos alientan en la esperanza!

Nueve campesinos de mi pueblo se organizaron para mejorar su producción de chile manzano (picante) y exportarlo a Estados Unidos. Les pagan en dólares y les ha ido muy bien. Otros hermanos de una misma familia, cuyos padres los sacaron adelante con mucho sacrificio, se capacitaron y producen flores de primera calidad, como las orquídeas, y las venden en muchos lugares del país, incluso las exportan. ¡Sí se puede!

DISCERNIR

El episcopado mexicano, en el Proyecto Global de Pastoral 2031+2033, dice: “Reconocemos que son muchos más los gestos cotidianos de compasión y de solidaridad que en lo oculto de las familias y las comunidades cristianas se realizan. Todos ellos son signos de Redención y alientan la esperanza” (132).

ACTUAR

Cimentados en Jesucristo, empecemos este año 2024 con ánimo de construir nuestra patria en la justicia, la paz y la fraternidad. ¡Es posible! ¡Hay mucha gente buena! Con estos sentimientos y mi oración, les deseo un nuevo año lleno de esperanza.