“Es claro que la actividad económica sigue estancada y las expectativas son poco optimistas. En este entorno los pronósticos anticipan que la economía será más débil el próximo año, además del efecto de cautela que propicia el primer año de gobierno”, afirmó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

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Por ello, en su análisis semanal considera importante acelerar los ajustes necesarios para aprovechar los beneficios que ofrece el entorno internacional frente al nearshoring. “Un ambiente seguro y atractivo para la inversión y el emprendimiento es fundamental, aseveró.

Y advirtió que “del gobierno depende que haya un buen ambiente de negocios con un sólido Estado de derecho”; sobre todo, ahora que el incremento de la inflación está generando preocupaciones en el mercado.

Ello, al observar que los más recientes resultados de algunos indicadores económicos continúan reflejando la debilidad y la expectativa de un menor ritmo en el avance de la actividad económica para lo que resta del año, por lo que el pronóstico promedio de los especialistas ya anticipa un crecimiento para 2024 por debajo del 2.0 por ciento.

El INEGI informó que durante mayo pasado el indicador global de la actividad económica registró un avance de 0.7%, ligeramente mayor a la estimación oportuna que consideraba un aumento de 0.5%, gracias al incremento de 0.8% en actividades terciarias.

Resalta el alza de 2.1% en el comercio al menudeo y de 1.8% en el de mayoreo. Las actividades secundarias crecieron 0.7% en el mes, en especial por el incremento de 2.5% en la construcción.
Pero las expectativas no son tan optimistas, pues la estimación oportuna del INEGI señala que en junio el IGAE se contrajo 0.01%, por una disminución similar en las actividades terciarias y un nulo avance en las secundarias.

Así, se aprecia que durante el segundo trimestre del año la actividad económica del país creció 0.2%, ligeramente por debajo del 0.3% del trimestre previo y muy lejos del pronóstico de los especialistas que anticipaban un avance de 0.8%; “muy probablemente esto propiciará un nuevo ajuste a la baja en los pronósticos de crecimiento”, advirtió el CEESP, al señalar que el consumo siguió mostrando señales de debilidad, pues en mayo, el valor de la producción de las empresas constructoras se contrajo 0.8%, acumulando cinco meses consecutivos con variaciones negativas.